Hugo Duro quiere ser entrenador

El delantero ya estudia para sacarse el título de técnico y sigue preparándose para el mañana

Una imagen de archivo de Hugo Duro

Una imagen de archivo de Hugo Duro / JM Lopez

Pau Pardo

Pau Pardo

Hugo Duro es un futbolista atípico. A sus 22 años muestra una madurez impropia para su edad. Ya es una de las sensaciones del campeonato, pero mantiene los pies en el suelo, sabe que la carrera de los jugadores es corta y no deja de prepararse para el mañana. A pesar de que todavía le quedan muchas primaveras por delante para disfrutar del césped, el ‘19’ valencianista ya ha iniciado sus estudios para ser entrenador cuando cuelgue las botas. El dinero o el éxito de alcanzar la primera división no son capaces de alejar al delantero de los libros. 

Formarse como técnico es algo que el madrileño tenía pensado hacer a lo largo de su carrera como futbolista, pero lo ha adelantado a este año. El jugador también estudia Ingeniería Mecánica, pero este curso ha tenido que aplazarlo porque debido a problemas burocráticos en el traslado del expediente de la Universidad Carlos III a la Politécnica de Valencia se veía obligado a empezar el curso con dos meses de retraso. Duro no quería estar parado y perder un año a nivel formativo y por ello se puso manos a la obra con el Grado de Entrenador de Fútbol y también con un curso de nutrición deportiva, otra parcela que también le llama la atención. 

En su forma de jugar ya se atisban mimbres de futbolista distinto a nivel táctico. No es un jugador de ir a entrenar y luego desconectar por completo del fútbol, sino que muestra inquietud por comprender el juego, entender lo que debe hacer con y sin balón e interpretar el partido más allá de su función en él. Duro es un delantero centro de cuna, pero las necesidades del guion le han llevado a ocupar la banda en la inmensa mayoría de partidos y a pesar de ello se ha adaptado a la perfección, especialmente en el plano defensivo ha sorprendido con su disciplinada manera de trabajar.

Lejos de ser un atacante descuidado y con excesiva tendencia a descolgarse, ha entendido su rol a la hora de replegar y de ir a la presión. En ataque, a pesar de brillar menos en partidos de mucho trabajo, ha explotado las diagonales y la interpretación de los espacios llegando libre de marca al remate. De hecho es el tercer máximo anotador del equipo con cinco tantos.