SUPERentrevista | Manolo Botubot Exfutbolista del Valencia CF

"Di Stéfano me expulsó en el partidillo antes de Heysel"

Manolo Botubot (Cádiz, 1955), que fue antes frutero que futbolista, recuerda su época como jugador y las finales ganadas con la misma pasión con la que defendía el escudo del Valencia CF como futbolista

Botubot vistiendo la camiseta del Valencia CF

Botubot vistiendo la camiseta del Valencia CF / SD

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Todo nobleza y corazón, el central y lateral que sacó de sus casillas al célebre técnico Brian Clough en la final de la Supercopa de Europa, analiza la final de la Cartuja y el futuro de un club que ama con locura.

Botubot y Castellanos, en los actos del Centenario

Botubot y Castellanos, en los actos del Centenario / JM LOPEZ

¿Qué tal le va la vida?

Bien, aquí en mi Cádiz, en la ciudad donde nací. Yo me habría quedado a vivir en València, me hice mucho a su gente y a su carácter, pero a mi mujer le tiraba más su familia.

Me decía Claramunt que la final contra el Betis será un choque de estilos que debe favorecer al Valencia.

En cualquier final, los dos equipos suelen jugar distinto a lo que tienen acostumbrado. Se crea un ambiente tan único, que lo condiciona todo y poco o nada cuentan las rachas de la Liga. La Liga depende de la regularidad, las finales dependen de la inspiración. Ese partido está por encima de cualquier otro.

Una final es lo máximo para un aficionado, ¿pero el futbolista la disfruta?

Una final yo la comparo con el momento previo de un boxeador antes de un combate. Esa tensión de la espera. La concentración de los días previos que solo se rompe con la campana de inicio del combate. En la Liga te sirven mucho las rutinas, es un día a día repetitivo. En una final desemboca todo. Es distinto también hasta para un espectador. Es el todo o nada hacia las vitrinas.

En tus finales tenía a dos sabios de técnicos. Primero Pasieguito en la Copa de 1979 y luego Di Stéfano en la Recopa de 1980 ¿Se habla de táctica, de motivación? 

Ahora la misión de un entrenador estriba en comprender al jugador que tiene al lado. No siempre fue así. El grito se acabó. Pero Pasiego sabía ser un buen psicólogo, sin tener ese estudio. Te transmitía la confianza necesaria para jugar bien. Esa intuición la tenía hasta para firmar jugadores. Primero miraba a la persona y luego al futbolista. De todos modos, había otro gran psicólogo en el club…

¿Y de quién se trataba?

De Españeta. Bernardo fue el primer psicólogo del fútbol. Era el hombre que te entendía, que te acompañaba cuando las cosas no salían bien. Esa fue la gran fortuna de tantos y tantos jugadores.

La final de 1979. En Madrid contra el Real Madrid. Y los dos goles de Kempes (0-2)

Me acuerdo divinamente que estábamos en el hotel cinco horas antes del partido y solo escuchábamos el ruido constante de las tracas. Tracas, tracas y tracas. No era Madrid, parecía la plaza del Caudillo, que así se llamaba aún entonces en València. Fue tremendo. El ambiente y el partido de Kempes.

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