Los plazos de Paulista de cara a la final de Copa

El futbolista apurará sus opciones para estar ante el Betis y ya se ha puesto manos a la obra con fisios para recuperarse de su lesión

Gabriel Paulista, en un lance con Rubén Sobrino

Gabriel Paulista, en un lance con Rubén Sobrino / Francisco Calabuig

Andrés García

Andrés García

La presencia de Paulista en la final de Copa de La Cartuja no está descartada. El central, uno de los fijos para Bordalás, apurará todas sus opciones para la gran cita copera ante el Betis, prevista para el próximo 23 de abril.

El objetivo final del defensa, que recayó de unas molestias físicas en Vallecas, es estar en Sevilla. Este miércoles se ha sometido a pruebas médicas para saber el alcance exacto de sus problemas musculares. Además, el futbolista ya se ha puesto manos a la obra con el tratamiento de fisios en Paterna.

Por actitud y mentalidad no será. "Con vosotros siempre", escribió este martes en su cuenta de Instagram, acompañando una foto del equipo con un símbolo de fuerza y un puño. La interpretación es libre, pero Paulista es un líder y actúa como tal. Se hará todo lo posible para que esté a disposición de Bordalás para liderar la zaga en el encuentro más importante de la temporada.

La importancia de Paulista en el Valencia CF de Bordalás

Su presencia en la final de momento está en el aire aunque, como ya ha sucedido en ocasiones anteriores, podría recortar plazos o incluso forzar para jugar. El regreso de Paulista, el pasado 26 de febrero en Mallorca después de tres meses lesionado en los que logró esquivar el quirófano, fue el punto de partida de la escalada del Valencia.

Desde aquel 0-1, que incluso tuvo su propia rúbrica con un gran disparo desde fuera del área, el equipo de Bordalás dos goles en seis partidos oficiales, cinco de Liga y uno de Copa del Rey. Solo en uno de esos encuentros, Paulista estuvo ausente, al descansar por precaución en Elche (0-1). El bloque, en la mayoría de esos partidos, se asentó sobre una defensa de cinco, con tres centrales y dos carrileros, que permitió al Valencia tapar la descontrolada hemorragia de goles en contra y, a pesar de perder músculo atacante, comenzar a sumar y crecer. Sin alardes, pero sin pausa.

En esa seguridad defensiva radica en gran parte el optimismo de cara a la final copera contra el Betis, un equipo sobre el papel favorito, con mayor talento, jugadores técnicos y con una apuesta netamente atacante. Existía la confianza de que, con la portería sellada, el duelo del próximo 23 de abril en la Cartuja se parecería más bien poco al precedente en LaLiga disputado en la primera vuelta en el Benito Villamarín, en la que la superioridad bética fue aplastante.