El primer 'cambio' de Bordalás hundió al Submarino

El partido de la primera vuelta fue importante para mejorar la dinámica valencianista

Valencia-Villarreal: Un lance del partido

Valencia-Villarreal: Un lance del partido / LaLiga

Era octubre y el Valencia se enfrentaba al Villarreal deseando cambiar la dinámica: llevaban siete jornadas consecutivas sin ganar. Un duelo de necesidades también para los de Emery, que pisaban Mestalla con dos derrotas y un empate que alejaban al Submarino de los puestos europeos. Ni el conjunto groguet ni los de la capital del Turia pasaban por su mejor momento y confiaban en que ese choque era clave para el rumbo de ambos en Liga. Además, el choque traía de nuevo a Mestalla a Dani Parejo y Francis Coquelin, pero esta vez en las gradas había público. El derbi de la Comunitat Valenciana era clave para recuperar la identidad pérdida. Ambos equipos querían reencontrarse con su mejor versión.

Aquel partido de la primera vuelta era un importante para el Valencia. La presión alta no funcionaba y los rivales encontraban el camino para romper el esquema del entrenador alicantino: el Submarino se enfrentaba a un equipo que había encajado 15 tantos en 11 jornadas. La sangría debía solucionarse y el éxito llegó con un cambio táctico, el 4-4-2 se convirtió en un 4-1-4-1 con Hugo Guillamón como mediocentro defensivo puro. El técnico valencianista ya probó con el de L’Eliana como stopper ante el Barcelona, pero no funcionó; sin embargo, volvió a confiar en el canterano hasta que consiguió el resultado esperado. Guillamón, como ese ansiado ‘6’ que el entrenador pidió y nunca llegó, brilló y ayudó con un gol de clase a que el Valencia recuperase la sonrisa. El equipo de Bordalás no solo redibujó el sistema, sino que también renunció por completo a la posesión. El técnico alicantino tenía claro su plan y aunque sorprendió dejando a Carlos Soler en el banquillo, acabó saliéndole bien. Era una decisión arriesgada, pero era un todo o nada de manual.

Dejó la presión alta que solía caracterizarle y ubicó un bloque bajo que llevó a los valencianista a ser más conservadores. El experimento probado ante el equipo culé funcionó contra los de Emery, constató a Guillamón en el centro del campo y el Valencia halló en la nueva forma de juego la manera de ser un conjunto más defensivo y férreo atrás. Aquel 2-0 de la primera vuelta logró sacar la mejor versión de una plantilla que estuvo hasta el encuentro ante el Espanyol en Nochevieja sin conocer la derrota en Liga. El Valencia no jugó mejor que el Submarino, pero aguantó las embestidas de los ‘groguets’ y materializó las suyas. El Valencia jugó bien sus cartas y los de Emery no supieron que hacer con la posesión ante el esquema de Bordalás.