Mamardashvili: El gigante de Mestalla no tiene techo

El Valencia ya no tiene una promesa bajo los palos, sino una realidad; Giorgi sigue creciendo con el paso de los partidos y ante el Athletic fue, de nuevo, el mejor jugador del equipo

Athletic Club de Bilbao  -  Valencia

Athletic Club de Bilbao - Valencia / EFE

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Cada vez es menos promesa y más realidad. El nivel alcanzado por Giorgi Mamardashvili a estas alturas de la temporada está al nivel de los mejores guardametas de LaLiga. Esos que dan puntos ‘extra’ a sus equipos. Y es que Giorgi lleva ya muchas jornadas consecutivas comportándose como una de las estrellas del Valencia a pesar de sus escasos 21 años de edad. 

El partido ante el Athletic Club en San Mamés fue una prueba fehaciente de ello. El Valencia sacó un inservible empate a cero que terminó de enterrar las mínimas opciones que aún tenía de pelear la séptima plaza. Sin embargo, el resultado podría haber sido peor si el portero georgiano no hubiera salvado al equipo hasta en tres ocasiones distintas

Y eso que el inicio de partido no fue demasiado halagüeño. La primera ocasión de peligro vino precedida de un balón centrado desde el costado izquierdo que Mamardashvili no acertó para atajar ni para despejar. El georgiano pudo reaccionar a tiempo para detener el disparo de Raúl García en el que derivó la acción. 

A partir de ahí, Giorgi se convirtió en el muro infranqueable al que lleva acostumbrando desde hace ya varias semanas. El portero del Valencia hizo soñar a los delanteros del Athletic con él, en especial a Iñaki Williams, al que le frenó en boca de gol hasta tres veces. La primera en el minuto 32, en una jugada en la que Giorgi demostró una notable intuición y anticipación para ganarle la partida al delantero español en un cara a cara entre ambos. La segunda ocurrió alrededor del minuto 55. En una oportunidad más centrada y manifiesta para Iñaki Williams, Giorgi volvió a ganar el duelo personal en otro uno contra uno, esta vez gracias a su velocidad de reacción para sacar el pie izquierdo. 

La tercera y, seguramente, más espectacular llegó sobre la bocina, mediante una acción a balón parado que colgó Muniain al punto de penalti y Williams cabeceó con fuerza y colocación. Sin embargo, una vez más apareció Giorgi Mamardashvili para ganar su tercer duelo personal con el delantero español y guardar un punto dirección hacia València

Un crecimiento de vértigo

Mamardashvili ha crecido a un ritmo de vértigo desde que aterrizó en Mestalla el pasado verano procedente del Dinamo Tbilisi. Una accidentada pretemporada, que se cobró a Cillessen y Jaume como víctimas de dos lesiones, provocó que el más novato de los tres empezara el curso como titular. No tardó en demostrar sus innatas cualidades aunque, jornadas más tarde, Bordalás decidió darle el relevo a Cillessen, argumentando que el equipo necesitaba más «experiencia» en un tramo complicado de la temporada.

Las lesiones volvieron a suponer un obstáculo en la temporada del neerlandés y Giorgi recogió de nuevo el testigo tanto en liga como en Copa del Rey. Desde el seis de febrero que volvió a la titularidad ante la Real Sociedad en Mestalla no la ha soltado. Poco a poco ha ido convirtiendo en una realidad las condiciones que demostró desde el principio, hasta el punto de convertirse en uno de los jugadores más importantes en los onces de José Bordalás. Hasta la fecha ha jugado en 20 ocasiones con la camiseta del Valencia CF, en los que ha encajado 19 goles en total. Es decir, menos de un gol por encuentro. Ha dejado su portería imbatida hasta en nueve ocasiones distintas. Y sobre todo, ha salvado varios puntos al equipo con sus actuaciones.