La llegada de Gennaro Gattuso podría no ser la única en el staff técnico del Valencia. Jorge Mendes ha recomendado encarecidamente a Peter Lim la restauración de la figura de un director deportivo con poderes y capacidad ejecutiva, que nutra el vacío de jerarquía que sufre el club desde la salida de Mateu Alemany en 2019. Desde entonces, con Miguel Ángel Corona como único responsable deportivo, pero con un rango menor y sin voz ni voto, la ausencia de fortaleza en un departamento marginado por Lim ha desplomado al Valencia, que acumula tres años sin pisar en Europa.

Ramón Planes, un candidato instalado en las quinielas desde hace meses, sigue siendo el favorito para recalar en Mestalla. Al director deportivo ilerdense, de 54 años, le avala una prestigiosa trayectoria, en la que ha llegado a ostentar la potestad en los fichajes de clubes como el Tottenham o el FC Barcelona, entre otros. Es un nombre bien relacionado y prestigiado en el sector, que permitiría al Valencia ganar una cuota más de influencia en el mercado de fichajes.

Del mismo modo, la incorporación de un director deportivo tiene un sentido estratégico para Mendes, que quiere evitar que Gattuso se exponga como único responsable del proyecto. Esa ha sido la historia repetida en el Valencia de las últimas temporadas. En los casos de Javi Gracia y José Bordalás, no solo ejercieron de entrenadores del Valencia en un contexto poco amable, en un proyecto en retroceso y con escasa o nula inversión en fichajes, sino que además acabaron por convertirse, contra su voluntad, en los principales portavoces del club. Casi cada semana, ante el silencio prolongado de Anil Murthy y con la sola portavocía simbólica y no ejecutiva de Ricardo Arias, ambos técnicos tenían que responder a cuestiones de calado institucional. Paralelamente, esa sobreexposición ha causado un desgaste más acusado en sus figuras.

Planes cuenta además con el factor de estar apadrinado para obtener el visto bueno de Lim. Un peaje que no es nada sencillo de aceptar en el empresario singapurés, que recela de la delegación de poderes en cargos inferiores y que, al parecer, dejó constancia de que no quería volver a repetir un modelo como el instaurado entre 2017 y 2019 con Marcelino García Toral y Mateu Alemany, pese a los excelentes resultados deportivos (dos cuartas posiciones y un título de Copa). De hecho, las mejores temporadas en el Valencia desde que Meriton Holdings controla la mayoría accionarial, han venido con la delegación de poderes en una estructura deportiva con recursos y capacidad de decisión. En 2014, la demora en la firma final del contrato de compraventa obligó a que la planificación de la temporada 2014-15 se dividiese entre los primeros fichajes de Lim y los del equipo Salvo-Rufete-Ayala. El resultado de esa equilibrada cohabitación fue un cuarto puesto y acceso a Liga de Campeones.

Por otro lado, a expensas de los cambios finales, sí parece segura la continuidad de Miguel Ángel Corona dentro del organigrama deportivo del Valencia, con independencia de que se confirme finalmente la llegada de un ejecutivo por encima de su rango.