Lim garantiza con Layhoon lealtad y línea dura negociadora

La dirigente singapuresa es la proyección personal en los negocios de Peter Lim, y tratará de desatascar el nuevo estadio con la firmeza inflexible con la que abordó el proceso de venta

Layhoon Chan vuelve a ser la presidenta del Valencia CF

Layhoon Chan vuelve a ser la presidenta del Valencia CF / F. Calabuig

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Nunca ha dejado de ostentar el amplio dominio accionarial, pero Peter Lim vuelve a tomar el control efectivo, por completo y en primera línea del Valencia, con la designación de Layhoon Chan como presidenta, cargo que ya había representado entre 2014 y 2017. El empresario singapurés ha decidido delegar el control de la entidad en ejecutivos de su más íntima área de influencia, como así resulta en el caso de Chan (que ha llegado a pronunciar «yo soy Lim» cuando se criticaba la ausencia prolongada del máximo accionista en València) y de su hijo, Kiat Lim, que ya en el mes de abril dejó entrever que iba a venir más a Mestalla «en representación» de su padre. En esos dos pilares descansará el Valencia en su más inmediato futuro. Escudera y heredero. En Chan, fiable lugarteniente en todos los negocios de Lim, con fama de ser una implacable negociadora en todos los frentes. Y en Kiat Lim, llamado a ser la cara visible de la administración Meriton, a medida que Lim, de 69 años, vaya progresivamente apartándose del primer plano, un proceso iniciado ya en el último lustro de mandato. A ellos se suma Pang Liang Ong, empresario con más de 15 años de estrecha relación con Lim.

Comunicación sin filtros

La recuperación del poder por parte de Layhoon Chan, junto a la eliminación de la entera delegación singapuresa que quedaba en el club, ya sin Sean Bai, Joey Lim y Teo Swee Wei, le garantiza a Lim una comunicación directa y limpia de todo lo que acontece en el club por parte de personas de su máxima confianza. A Chan se le presenta un escenario decisivo para la suerte del proyecto de Meriton Holdings, con el nuevo estadio por desencallar y el proyecto de Gennaro Gattuso por rematar (con el precedente del descarrilamiento deportivo bajo su gestión en 2017). Eso sí, con la salida de Anil Murthy y con el trabajo en tres meses de interinidad de Sean Bai, que tendió puentes con prensa, peñas y veteranos, se ha logrado rebajar el clima de descontento que llegó a su punto álgido en junio.

Con Layhoon vuelve la ejecutiva de trato cordial en las cortas distancias, que intentó empatizar con el entorno peñista y que trabó una relación de amistad con Ximo Puig, pero inflexible en las negociaciones a la hora de defender los postulados de Lim. Así se vio en el proceso de venta, en el que las conversaciones con los bancos llegaron a un punto de estrés que amenazó la ruptura total, y esa autoridad se vislumbra en los primeros movimientos de Layhoon desde su regreso a València en esta segunda época. Como muestra, las críticas declaraciones de la propia dirigente en torno al estadio tras reunirse con las instituciones («no entiendo por qué y tampoco tengo claro cómo tenemos que proceder en relación a la licencia» o la medida de presión con la presentación del nuevo proyecto del estadio en el mismo recinto de Corts Valencianes. Sin Murthy, Bai y Swee Wei, que hablaban español con solvencia, otro punto a lidiar será la barrera idiomática. Ningún representante de Meriton se maneja en castellano y esa circunstancia ya perjudicó a Layhoon en su primera etapa.