La renovación de Hugo Guillamón no ha sido un camino de rosas. A lo largo de los meses ha habido muchas variables que han ido cambiando: dos acuerdos distintos, muchas reuniones entre los agentes y el club, cambios en la interlocución y hasta en el banquillo; pero una constante, la inquebrantable voluntad del futbolista de seguir vistiendo la camiseta que ha llevado puesta toda su vida, la del Valencia CF. El ‘6’ siempre ha querido llegar a un entendimiento con el club para quedarse, a pesar de que acababa contrato ha tenido paciencia para esperar al Valencia y con la ayuda de Gennaro Gattuso, clave con su confianza e insistencia, ha tenido el premio que merecía.
En el mes de marzo de este año, el Valencia y sus representantes llegaron a un primer entendimiento: cerraron un trato hasta el año 2026, solamente faltaba la firma para prolongar su estadía en Mestalla, pero Peter Lim tomó la decisión de paralizar la operación a unas semanas de la final de la Copa del Rey en La Cartuja. La renovación quedó en stand-by, su continuidad no estaba ni mucho menos descartada, pero sí se abría un nuevo escenario y las partes debían volver a sentarse en la misma mesa, porque ni con ese parón se le quitaron a Hugo las ganas de seguir jugando en Mestalla.
En verano se retomaron los contados, ya con Layhoon Chan metida en el día a día de la entidad y con Gattuso al frente de la nave. El italiano le brindó la confianza desde el primer día, consciente de que sus características le hacen el pivote ideal para su propuesta, y siempre ha dado la cara por él a nivel interno para conseguir que las conversaciones lleguen a buen puerto.
Desde entonces, las conversaciones empiezan a acelerarse porque la voluntad de todos es que Hugo continúe como blanquinegro. A finales de agosto se alcanza un entendimiento y la renovación queda pactada, lista para resolver los últimos trámites y proceder a la firma del contrato.