Hace casi tres años Thierry Rendall vivió una experiencia que marcó sus inicios como jugador del Valencia CF y que socavó su confianza, obligándole a realizar un duro trabajo y transitar un arduo recorrido hasta ser el lateral sólido que se ha adueñado del carril diestro del equipo. El conjunto de Mestalla visitaba El Sadar y el entonces inexperto jugador luso hacía su debut a domicilio. El estadio, el contexto y el partido lo engulló por completo.

Aquel día marcó para Thierry el inicio del martirio. Señalado por su elevado precio a pesar de llevar tan poco en la élite -y procedente de la cartera de Jorge Mendes-, su vulnerable estreno fuera hizo que se le vieran las costuras.

Aquel curso solo jugó cuatro partidos más y como él mismo reconoció recientemente, lo pasó francamente mal, llorando después de los entrenamientos y recibiendo ayuda profesional. Partiendo desde el fondo, el portugués solo ha hecho que crecer hasta ser hoy uno de los mejores laterales del campeonato español. La pasada campaña regresó por vez primera a Pamplona y el equipo arrasó mientras él empezaba ya a demostrar que tenía potencial para convertirse en un jugador ‘top’. Ahora vuelve por segunda vez, pero en esta ocasión completamente contrastado y asentado como uno de los líderes del Valencia de Gattuso con 23 años y un valor más elevado del que se pagó por él. Este viernes volverá a ser titular para ayudar conjunto valencianista a tratar de ganar su primer partido fuera de casa en lo que va de temporada.

El Sadar: campo maldito

No solamente para Thierry es un estadio ‘maldito’, sino que al Valencia no se le da nada bien jugar en El Sadar. De los últimos diez desplazamientos del conjunto blanquinegro a Pamplona solamente ha sido capaz de ganar tres, ha caído cuatro y ha sacado tres empates. Las condiciones ambientales -clima, estructura del estadio y animación de la grada local- han hecho del feudo navarro un bastión muy complicado de enfrentar para el conjunto de Mestalla, que la pasada temporada pudo romper un maleficio de nueve años sin ganar en casa de Osasuna, lo hizo con un solitario gol de Roberto Soldado en el estreno de Ernesto Valverde en el banquillo valencianista.

Tercer mejor local

Si Osasuna ya es un equipo que tradicionalmente fundamenta su competitividad en la fortaleza como local, esta temporada le está llevando a luchar en la zona media-alta de la clasificación. Lleva tres victorias y una sola derrota en El Sadar, siendo el tercer mejor local de la competición con nueve puntos -empatado con el Valencia CF-. Los blanquinegros, por contra, son el segundo peor visitante de la competición con solamente un punto conseguido -el del domingo pasado en Cornellà-, junto con Almería y Girona y solamente por encima del Elche CF, que ha perdido en todas sus salidas esta campaña.