Pena máxima en el Sánchez Pizjuán (1-1)

El Valencia se marcha con un punto tras fallar un penalti en el minuto 100

Ilaix, frente a Gudelj

Ilaix, frente a Gudelj / Julio Muñoz

Pablo Leiva

Pablo Leiva

Un Valencia competitivo, valiente de inicio y algo dormido en el segundo tiempo, se marchó del Pizjuán con el peor desenlace posible. No derrotado, con un punto en el bolsillo, pero con dos perdidos después de una nueva muestra más de competitividad. Gattuso acertó en el once, clavó lo que iba a suceder en ese arranque y dejó claro que sabe aprovechar los recursos. Sin embargo, y a pesar de que la mejoría con respecto al pasado más cercano continúa, el final acabó dejando un regusto amargo. Gayà se plantó en el minuto 100 delante de Bono para ganar el partido en un penalti que acabó mal. Otra vez la moneda salió cruz.

La primera fue para dentro. Así empezó el partido para el Valencia. Y además dándole la razón a Gattuso con su planteamiento inicial. Foulquier llegó y besó el santo con una asistencia dirección a Cavani para prolongar la racha del uruguayo. El '7' recibió el balón perfecto para aprovechar la indecisión de Bono, que no pudo hacer nada por evitar el 0-1. El contexto fue perfecto para un equipo que llegaba con dudas tras el 2-2. No tanto por la dinámica pero sí por la presión de ese empate contra el cuadro ilicitano tras una segunda parte para el olvido. Pero en un abrir y cerrar de ojos ese encuentro ya había quedado demasiado lejos. Adelantarse en el marcador era el mejor recurso posible para afrontar el partido del Pizjuán sin un ápice de nerviosismo.

Con el 0-1, el equipo de Gattuso se encontró cómodo. Dominó con balón y además estuvo cerca de hacer el segundo de la tarde tras un error de Carmona que provocó incluso su cambio. El canterano se marchó y entró Navas en el terreno de juego tras ver cómo Samuel Lino hacía de las suyas y ponía a prueba a Bono, que evitó con una mano un auténtico golazo. Con el cambio el Sevilla mejoró ligeramente. Tanto que tuvo que aparecer la mejor versión de Mamardashvili unos días después de su error contra el Elche en casa. Si hace unos días en Mestalla pidió perdón a Gattuso, en el Pizjuán demostró su tónica habitual. El portero que es. Una parada de escándalo a Rafa Mir que tuvo además un segundo 'round' con otra mano para el recuerdo tras un remate de córner.

El descanso llegó por suerte para un Valencia que sin sufrir en exceso ya necesitaba poner pausa a la situación. Sin embargo, tras el descanso, el equipo empezó a sufrir. No por ocasiones claras de un Sevilla con más intención que acierto pero sí porque se notaba ese 'cambio' a mejor del conjunto local. El Pizjuán lo notó y poco a poco fue empujando a los suyos hacia el área de Mamardashvili. En una de esas, Rafa Mir hizo el tanto del empate pero fue anulado, de manera correcta, por Soto Grado.

Gattuso trató de compensar con cambios. Metió a Kluivert y Marcos André por Lino y Cavani, algo cansados y el primero con amarilla. Pero tampoco surtió efecto y primero Gudelj con un larguero y después un balón de Papu Gómez al lateral de la red estuvieron cerca de poner el empate en el marcador. La realidad sin embargo iba a ser muy cruel para un equipo que se fue cayendo poco a poco. Kike Salas prolongó un córner para que Lamela, en el último suspiro, hiciera el empate ante un Pizjuán que explotó al completo. De nuevo una segunda parte para borrar del mapa. De nuevo dos puntos que volaban. Pero aún iba a ser más triste.

Cara o cruz: Gayà falló el penalti en el descuento

En el descuento un error de Navas puso a Kluivert dirección a Bono y ahí comenzó un 'nuevo partido'. El holandés encaró, recibió una tarascada tremenda de Papu Gómez y al levantarse buscó el pase para ver cómo la jugada acababa en un cúmulo de decisiones sin fin. Primero la roja a Papu Gómez por falta como último hombre. Después, el árbitro fue llamado por el VAR, penalti, roja anulada a Papu Gómez y expulsión de Kike Salas. Y ahí se plantó Gayà delante de Bono. Mano a mano. Pero el capitán, a pesar de una muestra más de su valentía y de haber salvado unos segundos antes al equipo en un córner, lo falló ante el acierto del meta marroquí. Y de ahí al pitido final pasaron unos segundos que no sirvieron para calmar el enfado por ver cómo dos puntos se escapaban de nuevo.