“Es un falso mito que el Valencia deba vender jugadores para sobrevivir”

Lim, pese al desmantelamiento deportivo, ha comprado jugadores por 527 millones por 459 millones de traspasos. “Las ventas no han ido destinadas a rebajar pasivo, ni al estadio”, denuncia el abogado valenciano Gaspar Romero. La deuda real ha aumentado en 36 millones con Meriton, que ha duplicado las pérdidas desde 2014

Peter Lim, en un partido entre el Valencia CF y el Getafe CF en Mestalla

Peter Lim, en un partido entre el Valencia CF y el Getafe CF en Mestalla / F. Calabuig

Vicent Chilet

Vicent Chilet

El Valencia presentará el próximo lunes sus cuentas a los accionistas con las mayores pérdidas desde que Peter Lim accediera al control de la gestión con su mayoría accionarial, con 45,8 millones de déficit y que elevan a 180 millones las pérdidas acumuladas desde la llegada del empresario singapurés en 2014. Unas cifras que comprometen el futuro financiero de la entidad y que han llevado al equipo a un debilitamiento deportivo considerable, con tres temporadas consecutivas sin participar en Europa, la mayor sequía desde el descenso a Segunda en 1986. El valencianismo ha asistido, especialmente desde 2019, a un desmantelamiento deportivo con ventas de los jugadores más destacados para poder cuadrar números.

Sin embargo, a pesar del evidente retroceso deportivo, el Valencia de Lim ha gastado en futbolistas 68 millones más de lo que ha vendido. En los ocho años de gestión de Meriton Holdings Limited, el club ha vendido jugadores por un importe de 459 millones, de los cuales quedan por cobrar un total de 25, por lo que ha cobrado 434 en total. No obstante, al mismo tiempo, la entidad de Mestalla ha comprado jugadores por 527 millones, de los que quedan por pagar 57, habiendo desembolsado 470 millones. De momento, pese a las traumáticas salidas en los últimos años de activos como Carlos Soler, Ferran Torres o Gonçalo Guedes, el Valencia ha pagado 36 millones más y deberá aumentar hasta los 68.

“Eso significa que la venta de jugadores no ha ido destinado a rebajar pasivo, ni al estadio, sino a comprar jugadores que además han empobrecido tu potencial deportivo. No se puede decir que necesites vender jugadores para sobrevivir, es un falso mito”, apunta a SUPER Gaspar Romero. El abogado valenciano recuerda que el Valencia no ha destinado su habitual política de ventas “al cumplimiento de ningún hito”, como el futuro estadio, sino básicamente a reinvertirlo, con un revés deportivo, en la plantilla. “Hay que recordar que Jorge Mendes y Peter Lim son socios de actividad futbolística y se dedicaban a la compra-venta de futbolistas antes de la prohibición de la FIFA de los conocidos TPO (la posesión de los derechos económicos)”, añade Romero.

Gaspar Romero analiza la situación de las cuentas del Valencia CF

Gaspar Romero analiza la situación de las cuentas del Valencia CF / F. Calabuig

El Valencia ha llegado a su encrucijada actual con una tendencia peligrosa de 311,293 millones de pérdidas encadenadas desde 2004, cuando alcanzó el clímax deportivo del doblete. Un ritmo que ha multiplicado su velocidad con la llegada de Peter Lim a la gestión. Antes de Meriton, el ritmo de pérdidas era de 13 millones anuales, amortiguados por la presencia habitual en Europa, pero suficientes para que se forzase un proceso de venta. Con Lim, la media ha aumentado a 22,5. Casi el doble. Los resultados negativos en estos 18 años de capital han llegado pese a las ampliaciones de capital por un importe acumulado de 253 millones y a pesar de vender futbolistas en este periodo por un beneficio neto de 447 millones. Un total de 163 millones en la última década (2004-2014), aumentados a 283,9 en los ocho años de Lim.

Con Meriton en Mestalla, el pasivo real no se ha aliviado, sino que ha llegado a aumentar. Concretamente, en 36,1 millones. A 30 de junio de 2014, el pasivo era de 355,9 millones. Y a 30 de junio de 2022 ha pasado a ser de 367,6 millones, empeorando el fondo de maniobra. “Estas magnitudes no son homogéneas, porque en 2014 no estaba contemplada la deuda que se tenía con el Ayuntamiento por la adquisición de las parcelas del nuevo Mestalla. Fue con Layhoon cuando se firmó el convenio. Hay que restarle la quita de los 61 millones que hace Caixabanc, que dejaría la deuda real de 2014 en 313,9 millones”, apunta Romero.

Con la evolución estancada de la deuda, con unos ingresos ordinarios sin el estímulo de las competiciones europeas, con el debilitamiento deportivo y con el principal ingreso, el de derechos de televisión, del que ya se empieza a descontar los intereses de CVC, todo ello conduce a un escenario en el que, según Romero, “el Valencia no tiene capacidad para acabar el campo” al no poder tener fortaleza de para “pedir financiación externa ni permite la obtención de fondos propios, porque renuncia a las suscripciones de la ampliación de capital e impide que accionistas y terceros suscriban”. “Este deterioro económico impide que el Valencia tenga capacidad para obtener mayor financiación. Sigues en una deriva económica, incrementando tu pasivo, sigues alejado de ingresos ordinarios proporcionados por las competiciones, sigues vendiendo jugadores y despatrimonializándote”, añade.

Romero describe lo que, a su juicio, es un “estrangulamiento financiero” por la “falta de apoyo financiero real del accionista mayoritario” pese a las sucesivas ampliaciones de capital en las que Lim ha renunciado a 219,9 millones. “Las ampliaciones de capital solo pretendían aparentar que se le daba a los socios la oportunidad de no perder su porcentaje de participación. Pero en ningún caso pretendía desembolsar la tesorería necesaria para cubrir las auténticas necesidades del club, como el estadio. Solo ha capitalizado créditos concedidos por importe de 160,9 millones que ni tan siquiera han cubierto las pérdidas de 180,4 producidas durante la gestión”. Meriton ha renunciado a acudir, pero “tampoco ha permitido que los socios suscribiesen esas acciones que el máximo accionista no cubría”. Con la capitalización de los créditos, Lim ha aumentado desde su llegada su porcentaje accionarial del 70,06% a casi el 92%. Más poder en un club más pobre.

Como plan de rescate, Romero plantea la posibilidad de que el Valencia no tenga el futuro estadio en propiedad. “Ni tan siquiera la venta del actual Mestalla permitiría sanear las cuentas, ya que en su día se declaró el beneficio ficticio por la venta de unas de las parcelas a Juan Soler. Es necesaria la implicación tanto de las instituciones como de CaixaBank. Subestimamos la fuerza social del Valencia y tenemos capacidad revertir el futuro del club”.