"Qué mayor emoción sería que Mestalla cantase a mi padre"

La familia de Nino Bravo se muestra partidaria y favorable a que la canción «Un beso y una flor», uno de los grandes éxitos del cantante de Aielo de Malferit, se pueda escuchar en los prolegómenos de los partidos del Valencia en Mestalla. Una posibilidad propuesta desde un artículo de opinión en Levante-EMV y Superdeporte en la coincidencia de dos efemérides: la del centenario del estadio valencianista y la del «Año Nino Bravo», por la que se conmemorará en este 2023 el cincuenta aniversario de la muerte del cantante, fallecido el 16 de abril de 1973 a los 28 años de edad en un accidente de tráfico en la provincia de Cuenca.

«Me parece una idea fantástica, tanto a mi como a mi hermana Amparo. Hemos leído el artículo con gran entusiasmo. Qué mayor emoción sería que se pudiera cantar la canción de mi padre de forma habitual en el campo de Mestalla», señalaba Eva Ferri, hija del desaparecido cantante, en una entrevista en el programa «Línea de Fons», de la radio de Àpunt, a raíz de la publicación del artículo y de la gran acogida que tuvo desde la jornada del jueves en las redes sociales.

Una idea que se refuerza con otra vinculación, la de la militancia valencianista de Luis Manuel Ferri Llopis, nombre real de Nino Bravo. Se da la circunstancia, además, que apenas un mes antes de su fallecimiento, el club de Mestalla le hizo entrega a Nino Bravo de la insignia de oro y brillantes del club. Sucedió tras la actuación del cantante en un concierto de fallas en Parador 73, local situado en la Avenida de Aragón.

Un recital en el que, según algunas fuentes, acudieron entre el público jugadores de la plantilla de la época del Valencia y también Francisco Ros Casares, que pocos meses después ganaría las elecciones a la presidencia del club de Mestalla. Tal como informaba ayer el divulgador Luis Fernández, en dicho acto Bravo «defendió en público al entrenador Alfredo Di Stéfano, que estaba entonces muy cuestionado». Fue entonces cuando Ros Casares se levantó y le otorgó la máxima condecoración del club.

Una historia confirmada, con mucho orgullo, por Eva Ferri, que añade otra de las particularidades de aquel concierto. Fue la primera, y por desgracia la última vez, que Nino Bravo interpretó el himno regional y además en valenciano, en una época todavía delicada, en los estertores del franquismo. Fue el cuñado del cantante quien, en un papel, le escribió la letra que Bravo interpretó leyéndola: «A mi padre se le hizo entrega de la insignia de oro y brillantes del Valencia CF. Se la dio Ros Casares, el 14 de marzo de 1973. Para información de todos fue la única vez que cantó el himno regional de Valencia, que para desgracia nuestra no quedó grabado. Así que ilusión total y apoyo total a la idea, tanto de mi hermana como del resto de la familia», señaló Ferri a los micrófonos del programa dirigido por Gustavo Clemente.

En 2011, bajo la presidencia de Manuel Llorente, el Valencia ya tributó un homenaje a la figura de Nino Bravo, con la entrega de una camiseta conmemorativa a María Amparo Martínez Gil, su viuda. El club blanquinegro también tiene previstas acciones en los próximos meses en la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del autor, cuya popularidad se ha mantenido inalterable con el paso de las décadas y que ha calado de forma intergeneracional en el público valenciano de todas las edades. Los homenajes en el «Año Nino Bravo» siguen sucediéndose. El pasado jueves, el Ayuntamiento de València comunicó que nombrará a Bravo hijo adoptivo de la ciudad coincidiendo, en un acuerdo por unanimidad en la comisión de Cultura municipal, a partir de una moción de Ciudadanos. A ese título póstumo también se le sumará la distinción se entregará en octubre de este año, coincidiendo con la celebración del 9 d’Octubre.