Los rivales directos huelen la sangre

Los entrenadores del Cádiz, Almería, Valladolid y Girona incidieron, antes de enfrentarse al Valencia, en su ambición por sacar provecho de la crisis del equipo de Mestalla

Tanto Cádiz, como Valladolid y Girona lograron la victoria con merecimiento contra un Valencia paralizado

Tanto Cádiz, como Valladolid y Girona lograron la victoria con merecimiento contra un Valencia paralizado / EFE

Vicent Chilet

Vicent Chilet

La caída clasificatoria del Valencia preocupa en Mestalla y no pasa desapercibida para los contrincantes de cada domingo. Los 7 puntos conquistados por los blanquinegros de los últimos 33 en disputa ha propiciado que los equipos huelan la sangre y el miedo antes de medirse al Valencia. Un arma psicológica que se desprende en un detalle, como la ambición en las declaraciones de los técnicos rivales. Siempre desde una base de respeto protocolario al historial del Valencia, en las comparecencias previas de los entrenadores reluce la convicción y la ambición de poderse llevar los tres puntos. El bloqueo mental y futbolístico de un equipo de gran prestigio es un fenómeno que no acontece cada temporada, pero que cuando se produce, se percibe como una gran oportunidad.

Técnicos de rivales directos del Valencia en la lucha por la permanencia, como Sergio González, Joan Francesc Ferrer ‘Rubi’, José Rojo ‘Pacheta’ y Míchel Sánchez han destacado más por el optimismo que por la cautela a la hora de medirse a un Valencia en su momento más bajo, con dudas, resultados adversos, sin fichajes y con una crisis mayúscula desde la salida de Gennaro Gattuso. Tanto Cádiz, como Valladolid y Girona lograron la victoria con merecimiento contra un Valencia paralizado, mientras que el Almería sacó un empate de Mestalla (2-2), en un premio que podría haber llegado a ser mayor. Conforme la crisis del Valencia ha ido ganando en profundidad, las declaraciones en las previas han ganado también en autoridad, sabedores de la oportunidad que supone medirse al actual Valencia.

«Afrontamos el partido contra el Valencia sin miedo, sin complejos y con confianza plena en que podemos sacar un buen resultado», manifestaba Sergio González antes de enfrentarse al equipo todavía entrenado por Gennaro Gattuso, en una comparecencia en la que alabó línea por línea, la actitud y la propuesta de juego de su colega. En esas fechas, 6 de enero, la situación del Valencia era irregular, sin llegar a alcanzar todavía la categoría de crisis en carne viva de la actualidad. La derrota contra el Cádiz trasladó las primeras señales de impotencia antes del parón por la Supercopa y la Copa del Rey, y dieron al duelo contra el Almería en Mestalla la etiqueta de «la primera final» de la temporada. Rubi, técnico de los andaluces, ahondó en la clave ambiental para poder sacar tajada de la visita a Mestalla del pasado 23 de enero. «Hay que tratar de no encajar, aguantar, pero también intentar avanzar y abrir el marcador, porque entonces ese escenario aumentaría la presión para ellos y supondría una mayor dificultad», sabedor de la carga anímica que el Valencia empezaba a acumular.

Tras el frustrante empate con el Almería (2-2) y la eliminación de la Copa del Rey que desata la primera gran pañolada en Mestalla y que da pie a Gattuso a plantearse públicamente una renuncia, el Valencia visitaba a los tres días al Valladolid en Pucela. Pacheta, técnico experimentado y con temperamento, insistió llamativamente hasta en tres ocasiones en su comparecencia previa en la seguridad de que iban a cosechar la victoria. «Estoy convencido de que vamos a ganar el domingo, tengo buenas sensaciones». «Vamos a ganar al Valencia», repitió. El Valladolid ganó en los minutos finales (1-0) y colocó de lleno a los blanquinegros en la lucha por la permanencia. El bloqueo de juego y la ausencia de fichajes en el cierre del mercado de invierno empujaron a Gattuso a abandonar el club. La crisis daba otra vuelta de tuerca, rematada con la pobre impresión que se dio en el Bernabéu ante el Real Madrid (2-0), en el primer partido de Voro como técnico interino.

De nuevo ante un rival directo, como el Girona, el mensaje de Míchel, más comedido que el de Pacheta, fue de optimismo en la victoria, mientras que en el Valencia las preguntas y las respuestas se centraron en la amenaza ya patente del descenso: «El Valencia es un histórico, es un equipazo. Habrá que hacer un partidazo para ganar. Mi pensamiento es que creo que vamos a ganar. No he visto a ningún rival que nos haya pasado por encima». El Girona, muy superior, cumplió el pronóstico de su técnico ganando con justicia (1-0) en Montilivi.