Los cambios de Baraja sí cambian

El Pipo está acertando con sus sustituciones. O mantiene el nivel o mejora el equipo. Lino y Nico fabricaron el gol y Thierry provocó el penalti ante Osasuna

Baraja, durante el Valencia-Osasuna

Baraja, durante el Valencia-Osasuna / JM Lopez

Andrés García

Andrés García

El Valencia vuelve a ser un equipo fiable más allá del minuto 70. Atrás queda aquel Valencia de Gennaro Gattuso irregular, siempre de más a menos, que arrancaba como un tiro durante los primeros cuarenta y cinco minutos y se caía dramáticamente durante las segundas partes. Rubén Baraja ha conseguido la regularidad que faltaba. El Valencia vuelve a ser un equipo más fiable y continuo que compite desde el primero al último de los minutos de la mano del Pipo. Las desconexiones que se convirtieron en habituales a principio de temporada con el italiano en el banquillo ya son cosa del pasado. Contra la Real Sociedad, el Barcelona y Osasuna se compitió de principio a fin. Y eso es un paso adelante muy importante para el equipo.

El Pipo ha conseguido que el equipo llegue más fuerte a los tramos finales de los partidos. Sus tres últimos encuentros en LaLiga, a excepción del debut en el Coliseum, lo demuestran. ¿Qué ha cambiado? ¿Qué ha tocado el cuerpo técnico para conseguirlo? La primera tecla es mental. Los jugadores han recuperado la confianza de la mano de Baraja y Mestalla y ya no caen al mínimo contratiempo.

El equipo ha sabido levantarse de los goles en contra y las injusticias arbitrales y ha demostrado una capacidad de sufrimiento que no existía en el visto pero frágil Valencia de Gattuso. Es otro. Otro de los factores que están ayudando es el físico. Los jugadores se sienten cómodos con la preparación física de un hombre de la casa como Juan Monar. Conclusión: cabeza y piernas están respondiendo a la hora de la verdad cuando los partidos se deciden.

También hay un factor táctico que explica la mejora del equipo en el tramo final de los encuentros. Baraja está aprovechando los cambios. Algo que nunca consiguió Gattuso. Rino no solía mejorar al equipo cuando tocaba el banquillo. De ahí que muchas veces no agotara los cinco cambios reglamentarios. Con Pipo está pasando lo contrario. El vallisoletano está acertando con las sustituciones. La realidad es que, a pesar de tener la misma plantilla que el italiano, sus cambios están consiguiendo mejorar al equipo en las segundas partes. Los jugadores que salen desde el banquillo están mejorando o manteniendo el nivel del equipo. Algunos de esos cambios implicaron variantes tácticas que mejoraron el rendimiento colectivo del equipo. Rubén ha cambiado hasta los cambios.

Lo empezó a demostrar contra la Real. En el 63’ (con ventaja en el marcados) dio entrada a Thierry Rendall por Samu Castillejo para rescatar la variante del doble lateral y hacer más fuerte al equipo en defensa. También movió piezas en los últimos compases para mantener el 1-0 dando estrada al Cenk Özkacar por André Almeida para tapar con Mouctar Diakhaby de ‘6’. Dos decisiones inteligentes que dieron consistencia al equipo contra los donostiarras. También supo mover el árbol en el Camp Nou.

La entrada de Justin Kluivert por Samuel Lino (78’) y sobre todo de Fran Pérez por Ilaix Moriba (62’) agitaron el partido y pusieron en aprietos al Barça al espacio. El Pipo fue valiente, buscó el empate y mereció llevase un punto si los árbitros se hubieran atrevido a señalar el claro penalti de Kessié al propio Fran. La historia se repitió contra Osasuna. Además de repetir doble lateral Foulquier-Thierry (provocó el penalti), acertó con la entrada de Nico González (72’) para dar solidez al centro del campo y la de Lino por Samu que agitó el partido con asistencia de gol y penalti provocado del brasileño. Ambos participaron en la jugada del 1-0 que acabó valiendo tres puntos.