Hugo Duro lidera el cambio de actitud

El ariete del Valencia sigue desviado del camino del gol, pero ha sido uno de los jugadores cruciales para que el equipo corrija el rumbo

Hugo Duro, tras el Valencia-Osasuna

Hugo Duro, tras el Valencia-Osasuna / Francisco Calabuig

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Hugo Duro volvió a ‘romperse’ de emoción cuando Iglesias Villanueva decretó el final del partido ante Osasuna. El delantero centro del Valencia está atravesando un momento muy complicado en lo deportivo: completamente gafado de cara al gol. Además, la ansiedad de Hugo por aportar al equipo es mayor aún teniendo en cuenta que la situación clasificatoria es muy delicada. El joven atacante necesita sentir que está ayudando a sus compañeros a base de goles y esa suerte, de momento, no la ha encontrado. Sin embargo, el rendimiento de Hugo va más allá de las cifras y sus compañeros lo saben. Por eso varios jugadores, de mucho peso además como Gayà o Guillamón, se acercaron tras la victoria frente al cuadro ‘rojillo’ para tranquilizarlo. 

Que Hugo Duro sea uno de los tres únicos jugadores (junto a Mamardashvili y Foulquier) que hasta la fecha lo han jugado todo con Rubén Baraja no es casualidad. El Pipo es un ‘enamorado’ del trabajo incansable durante los 90 minutos que dura un partido. Es ese tipo de futbolista que el técnico explicó que necesitaba el Valencia para salir del atolladero del descenso. Con balón: desmarques, juego de espaldas, descargas a banda, etc.

Sin balón: presión asfixiante y sacrificio defensivo. Su compromiso con el Valencia está fuera de toda duda y por eso Baraja nunca ha dudado en que él tenía que ser el ‘9’ titular con Cavani en el dique seco. De hecho, ahora que la vuelta del uruguayo está al caer (el objetivo es reaparecer en el Metropolitano), queda abierta la opción de jugar con los dos delanteros en punta de lanza. 

Hugo Duro protestando al árbitro

Hugo Duro protestando al árbitro / Francisco Calabuig

Para ello Baraja debería alterar ligeramente el sistema y dibujar sobre el césped un 4-4-2 o similar. Este sistema también supondría apostar por un doble pivote en la medular, sacrificando así a un centrocampista. Hugo Duro y Cavani son completamente compatibles. Principalmente porque el ‘19’ adpotaría un papel mucho más móvil, apoyando incluso en las bandas y corriendo al espacio, mientras que el ‘7’ se haría fuerte dentro del área para demostrar que sigue siendo un rematador voraz. 

Gafado de cara al gol

El pasado sábado volvió a desaprovechar dos ocasiones clarísimas: la primera tras un mano a mano que Sergio Herrera le paró con la cara y la segunda, desde los once metros. Hugo disparó al centro en un golpeo típico de un jugador que necesita marcar como el comer y lanza ‘a asegurar’. De nuevo el guardameta rojillo salió victorioso desviando el balón con las piernas. Solo lleva un tanto esta temporada y sus estadísticas distan de sobremanera de las que registró el curso pasado. En su primera aventura en València convirtió 11 goles en total, que no es moco de pavo, sobre todo poniéndolos en contexto: era su estreno en el equipo y no comenzó el campeonato como titular. 

Hugo Duro tuvo un penalti para poner la tranquilidad en el marcador

Hugo Duro tuvo un penalti para poner la tranquilidad en el marcador / Francisco Calabuig

El desequilibrio deportivo en el que está estancado el equipo han perjudicado sus prestaciones. Comenzó como titular, pero el fichaje de Cavani le relegó al banquillo. Con Voro pasó a ser la tercera opción, por detrás también de Marcos André. Con Baraja ha renacido: 360 minutos de 360 posibles. Desde luego debe encontrar el camino del gol si quiere mantenerse en el once, sobre todo con la vuelta de Cavani, pero el corazón de Hugo es una de las razones de la resurreción del equipo en la lucha por la permanencia.