'Pipo' mezcla su Baraja

Desde que asumió el cargo no le ha temblado el pulso para tomar decisiones. Ya sean tácticas o en el reparto de minutos y oportunidades

Yunus, Guillamón y Castillejo

Yunus, Guillamón y Castillejo / SD

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Rubén Baraja está a solo un partido de cerrar su primera temporada como entrenador del Valencia. O mejor dicho, su primera media temporada, pues el técnico vallisoletano asumió las riendas del equipo a mediados de febrero después de los proyectos fallidos de Gennaro Gattuso y Voro. El objetivo principal, que tristemente no era otro que el de salvar la categoría, está muy cerca, pero todavía queda una mínima posibilidad de que los jugadores rompan en llanto tras los 90 minutos en el Villamarín. Independientemente del desenlace final de un curso que, pase lo que pase ya es pésimo, lo que es innegable es que el Pipo ha dejado su sello en Mestalla y ha tomado decisiones que han cambiado la cara del equipo respecto a los primeros meses de competición.

A nivel táctico su propuesta futbolística dista de sobremanera de la de Gattuso, quien trató hasta la saciedad ofrecer un fútbol vistoso y de toque en Mestalla a pesar de que la propiedad no le había proporcionado jugadores para ello en el mercado de fichajes estival. El de Baraja es un sistema más práctico, menos atractivo a la vista pero siempre tratando de potenciar los principales puntos fuertes de sus jugadores. Y como él mismo ha reconocido en sala de prensa en más de una ocasión, una propuesta camaleónica. Es decir, abriendo la puerta a cambiar de táctica en función del partido y del rival.

Tampoco le ha temblado el pulso para tomar decisiones importantes dentro del vestuario. Concretamente en clave rotaciones y volumen de minutos en sus jugadores. De hecho, si por algo está destacando Rubén hasta ahora, es porque ha sacado tres diamantes de la mina de Paterna que, bien cuidados, pueden darles muchas alegrías al valencianismo. Y es que cuando más delicada era la situación clasificatoria para el Valencia, al Pipo no le faltó valor para apostar por tres ‘nanos’ de 20 y 21 años como Javi Guerra, Diego López y Alberto Marí. Aunque fuera en detrimento de jugadores que estaban siendo importantes a lo largo de la temporada pero innegablemente habían bajado considerablemente su nivel deportivo.

Diego López, ante el Celta

Diego López, ante el Celta / Salvador Sas

Es el caso de jugadores como Hugo Guillamón o Samu Castillejo. Seguramente los ejemplos más evidentes. El de L’Eliana lleva nueve partidos consecutivos sin participar cuando había sido un jugador clave en el inicio de temporada y, sobre todo, el curso pasado, el de su despegue futbolístico. En 2023 coincidió un mal momento deportivo con la irrupción relámpago de Javi Guerra. Baraja lo tuvo fácil y le ha dado galones al de Gilet, que ya es el ‘6’ titular. Casi idéntico desenlace ha sufrido Castillejo, que solo ha disputado 24 minutos en los últimos cinco partidos. El nuevo dueño de la banda derecha tiene nombre y apellido: Diego López, que ha respondido a la confianza con goles y asistencias decisivos.

La mayor incógnita

También está desapareciendo del mapa Yunus. Muy discutido en 2023, solo ha gozado de un minuto en los últimos tres partidos. Y el nombre que más dudas genera en estos momentos es el de Edinson Cavani. El uruguayo sigue sin ver puerta y lleva dos partidos en los que parece haberse convertido en la tercera opción para el puesto de ‘9’, por detrás de Kluivert y Hugo Duro. Su continuidad está en el aire aunque su idea principal es continuar para demostrar que puede dar más.