Las alegrías sí que son ‘agua pasada’

El Valencia ganó contra el cuadro verdiblanco en Mestalla y se marchó al Mundial más cerca de Europa que del descenso, pero ya tenía síntomas de estar algo ‘enfermo’

Mestalla celebró el triunfo sobre la lluvia y se marchaba al Mundial sin saber lo que vendría después de la cita de Catar

Mestalla celebró el triunfo sobre la lluvia y se marchaba al Mundial sin saber lo que vendría después de la cita de Catar / JM López

Pablo Leiva

Pablo Leiva

El Valencia llegaba al último partido previo al Mundial en plena crisis. Los malos hábitos del equipo de Gattuso ya se veían desde hacía alguna jornada, las desconexiones impropias de un equipo que aspiraba a otras cosas que no fuera la zona baja eran más que evidentes. De los últimos 15 puntos posibles apenas 3 eran el botín de un equipo que había dejado de competir a gran nivel. Le pasó en Cornellà, donde se encontró con un regalo de Álvaro Fernández en el tramo final, y también tuvo problemas en partidos que tenía más o menos controlados como el del Elche, que acabó empatando... y gracias.

Pero entonces llegó ese cara a cara contra el Betis en Mestalla, bajo la lluvia y con un 3-0 previo a la cita mundialista que cambió la preocupación por cierta ‘alegría’. El equipo se marchaba más cerca de Europa que del descenso. Y tal vez esa sensación de estar cerca de la parte alta fue el peor ‘socio’ de cara al mercado de enero. En el recuerdo la frase de Corona en la que reconocía que no había ninguna posición coja. El resto es historia.

El cara a cara contra el Betis será muy distinto a aquel de Mestalla, pero debe servir para analizar que en una situación complicada, el Valencia fue capaz de ganar a los verdiblancos, que se jugaban marcharse en Champions al Mundial. Bajo una gran tromba de agua, el Valencia demostró seriedad defensiva (algo poco habitual) y encontró tranquilidad en un primer tiempo que terminó 0-0. Sin prisa, el segundo tiempo sí tuvo a un equipo más eléctrico y buscando el campo contrario. Eso sí, el duelo se decantó en el balón parado con una falta sensacional de André Almeida, que batió a Rui Silva desde lejos. Después, en el 81’, llegaría el gol de Hugo Guillamón y ya en el 90 el de un Justin Kluivert que desde entonces ha sido seguramente el mejor jugador del equipo a pesar de haber sufrido una lesión por el camino.

Temporada

Una vez volvió LaLiga después del Mundial, el Valencia CF  se olvidó de ganar y estuvo hasta el 20 de febrero sin conseguir tres puntos. Ya con Baraja en el banquillo ante la Real Sociedad y es que por el camino Gattuso abandonó el barco dejando sola a la plantilla y en su lugar apareció Voro. La propia entidad ratificó al entrenador hasta final de temporada pero tras malos resultados cambiaron de nuevo de guión y acudieron al mercado a por un técnico. Con Vicente Moreno como una de las opciones, la figura de Baraja asomó entonces y el Pipo fue el elegido para hacerse cargo del banquillo. Con el exjugador valencianista, el equipo no ha dado ningún salto pero sí ha conseguido llegar a la última jornada fuera del descenso a base de decisiones de mucho peso por parte de Baraja, que se ha ido ‘cargando’ a algunos de los titulares en la anterior etapa. Lo mejor, eso sí, ha sido ver cómo ha sido capaz de encontrar en la cantera al punto clave para huir del descenso y conseguir, salvo sorpresa en la última jornada, la permanencia en Primera División.