Baraja - Marchena: Cinco horas de reunión a la espera de Lim

Los técnicos del Valencia se reunieron este jueves en un conocido restaurante pendientes de que se dé la luz verde a su continuidad desde Singapur

Baraja - Marchena: Cinco horas de reunión a la espera de Lim

Baraja - Marchena: Cinco horas de reunión a la espera de Lim / Francisco Calabuig

Andrés García

Andrés García

Rubén Baraja quiere seguir, pero no a cualquier precio. El Pipo ya ha puesto encima de la mesa todas sus condiciones para seguir siendo el entrenador del Valencia las próximas temporadas. El técnico ha presentado a los ejecutivos de Meriton sus exigencias deportivas y de gestión para seguir al frente del banquillo los próximos años. Sus peticiones están claras: quiere un proyecto que permita crecimiento a corto-medio plazo, control en la planificación, poder de decisión en la confección de la plantilla (altas y bajas) y máxima exigencia en todos los estamentos de la entidad. El vallisoletano ha comunicado al club todos sus requisitos para continuar en el cargo durante las reuniones que ha mantenido en València con Javier Solís y Miguel Ángel Corona en las últimas horas. Ahora es Peter Lim quien tiene que dar luz verde a su propuesta. El máximo accionista tendrá la última palabra desde Singapur. En sus manos está reforzar la figura del Pipo como un entrenador con voz y voto. Algo que no ha pasado en la historia reciente del club con Javi Gracia, José Bordalás y Gennaro Gattuso. Baraja conoce el historial de Meriton. Sabe cómo se las han gastado con algunos de sus compañeros de profesión. Por eso ha hablado claro antes de firmar nada. La pelota está el tejado de la propiedad. Peter Lim decide.

Baraja asume la situación económica crítica del club, la necesidad de vender jugadores y el poco margen financiero para acometer fichajes más allá de cedidos y jugadores libres. El técnico no es ajeno a la cruda realidad de la entidad, pero está convencido de que las cosas se pueden hacer mejor para no estar envueltos en la pelea por el descenso la próxima temporada. Lo único que pide el Pipo es un cambio de modelo y las herramientas necesarias para construir un equipo con sentido de pertenencia y las señas de identidad Valencia CF. Con un plantel de jugadores, como dice él, que sepan dónde están. En este sentido, el técnico está dispuesto a hacer una revolución en el plantilla. Hay futbolistas que no le valen por rendimiento y, compromiso. Rubén ya ha demostrado los últimos meses su valentía para tomar decisiones importantes independientemente del nombre o del estatus de los jugadores.

Rubén Baraja, tras una rueda de prensa del Valencia

Rubén Baraja, tras una rueda de prensa del Valencia / Francisco Calabuig

El Pipo quiere cambios. Cree que el Valencia los necesita para no pasar los apuros de esta temporada. Baraja, que acudió a la última rueda de prensa del Benito Villamarín con una hoja en la mano para que no se le escapase ningún detalle, ya realizó una declaración de intenciones en toda regla sobre su futuro y el del club minutos después de certificar la permanencia contra el Betis. Aquella noche en Sevilla ya puso sobre la mesa las pautas para su renovación dejando claro de forma pública que tenían que cambiar «muchas cosas» dentro del club para plantearse su continuidad en el banquillo. El ‘Pipo’ habló de «exigencia» y de la necesidad de construir un «proyecto» al que también llamó «plan» o «camino». «Creo que hay que hacer ciertas reflexiones hoy. Una de ellas es analizar las causas de por qué el Valencia estaba hoy peleando por no descender. Hay que ser autocríticos. Nos tiene que servir de lección para cambiar muchas cosas para ser un club potente con nuestra afición detrás. Que tenga exigencias máxima toda la temporada. Desde los utilleros, el club, los médicos, los jugadores... Solo así podremos avanzar. Para mí lo más importante es que hoy esto sirva para le futuro. No sabría decirte el número, pero hay que cambiar cosas. La mentalidad. Sobre lo que tenemos que aspirar: no significa que el año que viene vayas a ir a la Champions, pero en ese proceso de crecimiento hay que tener un plan».

García Quilón, pendiente

Baraja y su segundo Carlos Marchena se reunieron ayer para comer en un céntrico restaurante y seguir hablando con gente del club a la espera de la respuesta de Singapur. Entraron a las dos y salieron pasadas las siete de la tarde en una imagen cazada por SUPER. Mientras tanto, el agente de Baraja, Manuel García Quilón, también espera para perfilar el que sería el nuevo contrato del Pipo. Aunque sus nuevas condiciones contractuales son lo de menos. Su contrato no será ningún impedimento para cerrar la renovación. El Valencia tiene claro que lo que menos preocupa a Rubén es el salario que percibirá y las temporadas de contrato finales. La única exigencia del Pipo en este sentido es que sea más de un año como es lógico. Durante los primeros contactos con Solís y Corona el técnico dejó claro que su prioridad es el proyecto y su influencia en la planificación. Nada más. El Pipo ya demostró en febrero que no se mueve por intereses económicos. Entonces ya aceptó unas condiciones hasta junio que no firmaba ningún técnico en un ejercicio puro y duro de valencianismo.