El Valencia busca sustituto a Baraja para el partido de ida de la eliminatoria de la Euroliga que se disputará la próxima semana en Noruega. El elegido ayer para hacer olvidar al vallisoletano y para asumir las funciones de cerebro del equipo fue Banega. Y si algo quedó claro en la final de consolación del Trofeo Ramón de Carranza contra el Cádiz es que el Ever que quiere y necesita el equipo se parece más al de la segunda parte que al de la primera. El argentino contagió al equipo de horizontalidad y ritmo pausado en la primera mitad y sólo fue el ´8´ que espera Emery y toda la afición a partir del descanso con más verticalidad y desplazamiento largos. Conclusión: Banega puede hacer y necesita hacer más para recoger el testigo del Pipo.

Emery apostó por el argentino desde el principio y le dio la responsabilidad de jugar los noventa minutos del partido. Con Manuel Fernandes en la Ciudad Deportiva de Paterna recuperándose de la amigdalitis que le ha dejado KO durante los últimos días y con Nacho González lesionado y prácticamente descartado, Banega es la alternativa más en forma y mejor preparada para llevar la batuta del equipo en el estreno oficial del equipo en Europa el próximo 20 de agosto. Ayer era una oportunidad perfecta para probarle y calibrar cuáles son sus prestaciones en el centro del campo desde la titularidad. Por desgracia para el cuerpo técnico, el ensayo general de Ever como ´8´ iba a comenzar con muchas más sombras que luces.

El argentino fue incapaz de distribuir el juego ofensivo del Valencia y mover al equipo en los primeros 45 minutos. Y eso que fue uno de los futbolistas que más veces estuvo en contacto con el balón. Sucedió todo lo contrario en el césped del Carranza. Banega abusaba del balón corto, del pase atrás, del fútbol horizontal y todo eso con un ritmo pausado que acabó contagiando al equipo. No era suficiente con conducir el balón, cumplir en defensa y no perderlo con pases fáciles. El Valencia necesitaba más. Ese plus de chispa y de creación llegó de las botas del argentino en la segunda parte. Ever se fue entonando con el paso de los minutos y eso que perdió algún balón que otro más que en los primeros 45 minutos. Era un Banega diferente. Igual de participativo, pero mucho más atrevido. Arriesgó con un fútbol más profundo, con más verticalidad en sus pases, se atrevió con los desplazamientos en largo —hizo un par de cambios de juego interesantes—, con más agresividad en sus arrancadas y hasta se atrevió a buscar la portería del Cádiz con dos lanzamientos desde la frontal del área, el primero en el minuto 51 y el segundo en el 81. Banega regaló media hora larga de fútbol interesante, más de media hora para esperanzarse y para creer en el argentino como alternativa a Baraja. Sin embargo, no es suficiente. Ever puede dar más.

Baraja prefiere ser «optimista»

Y todo eso sucedió mientras que Baraja veía la derrota del Valencia desde la grada del Carranza. El Pipo es «optimista» y espera que la lesión se quede en una «sobrecarga» aunque no quiere lanzar las campanas al vuelo hasta mañana.

«Vamos a esperar a que me realicen las pruebas y esperemos que salga el mejor resultado. Soy optimista y confio en que se quede sólo en una sobrecarga, pero tenemos que saber que son las reglas del juego y lo importante en estos casos es ser fuerte mentalmente para volver a jugar lo antes posible», afirmó el vallisoletano tras el partido.

Y es que, habrá que esperar 24 horas más para saber con exactitud cuanto de mala es la noticia de la lesión sufrida por el Pipo en las semifinales del Trofeo Carranza. El vallisoletano acudirá mañana a primera hora a la Ciudad Deportiva de Paterna para someterse a una revisión exhaustiva de los servicios médicos del Valencia, quienes en caso de confirmar que sufre una lesión muscular de cierta relevancia, le realizarán una resonancia magnética de forma inmediata. Tal y como se vio en la primera exploración, todo apunta a que Baraja sufre una pequeña rotura fibrilar y deberá estar un mínimo de dos o tres semanas KO. ¿Será capaz Banega de hacerle olvidar? Ayer, de momento, no convenció del todo.