Los aficionados del Valencia han demostrado que están con su club a las duras y a las maduras. Los 18,7 millones de euros ingresados en la primera ronda de la ampliación de capital gracias a los 27.495 accionistas que han suscrito acciones evidencian que el valencianismo está vivo aún en tiempos de crisis. No es de extrañar que el consejero encargado de la ampliación de capital García Roig calificase la primera fase de la ampliación de «éxito rotundo». La masa accionarial del club ha dejado constancia que además de ser la más numerosa con diferencia de todos los clubes de la Liga BBVA va a ser también la que más protagonismo va a tener tras la operación en la que entra en acción la Fundació VCF siempre y cuando la «democratización» no se quede solo en palabras e intenciones.

La participación activa de la Fundació VCF en la compra de acciones y posterior control de mínimo el 51 por cien del capital social es un proyecto que toma cuerpo gracias al Consejo de Administración de Manuel Llorente, si bien, tomó forma con la plataforma Savia Nueva. Los accionistas Carlo Ciccella, Ríos Capapé, Eduardo Escartí, Jaume Part y Jaume Ortí abogan desde hace tiempo por la «democratización» del Valencia a través de la participación activa y como organismo de control de la gestión del Consejo de Administración de turno.

Tales planteamientos fueron transmitidos en su día a Javier Gómez y Fernando Gómez (con anterioridad a la aparición en escena de Manuel Llorentecomo presidente). De hecho, el actual vicepresidente del club es uno de los que con más énfasis ha peleado la entrada en primera línea de batalla de la Fundació para dar estabilidad al club. Eso sí, tal como apuntan los ideólogos de Savia Nueva, para la total democratización del club faltan dar mínimo dos pasos: uno, la total independencia del Patronato de la Fundació con respecto al Consejo de Administración que gestiona el club (algo que hoy en día no sucede como evidencia que Társilo Piles es a su vez presidente de la Fundació y consejero de Llorente); dos: la máxima de todo sistema democrático, como es un accionista, un voto.

Por el momento, desde el Consejo de Administración del Valencia, gracias al préstamo concedido por Bancaixa con el aval de la Generalitat, se ha puesto la primera piedra para que las luchas de poderes en el Valencia (al menos las luchas de poderes accionariales) pasen a mejor vida. Como define Eduardo Escartí, con la presencia de la Fundació lo que se consigue es «regatear de una manera legal y elegante a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas para que el Valencia pueda recuperar su espíritu de Club de Fútbol», como aún mantienen Real Madrid, Barcelona, Athletic y Osasuna (únicos clu bes de la Liga BBVA que no son SAD). El Valencia, amén de ser el club que más accionistas tiene y uno de los que más beneficios les da de España —descuento en el pase—, es pionero en lo que a su Fundació se convierta en el máximo accionista de la entidad.

REPARTO ACCIONARIAL EN PRIMERA

1. Valencia 39.000 50,3% *

2. Atlético 23.000 95%

3. Tenerife 20.000 90%

4. Deportivo 20.000 80%

5. Racing 14.000 53%

6. Espanyol 10.674 20%

7. Sevilla 10.000 15%

8. Zaragoza 4.600 96,7%

9. Almería 1.264 ?

10. Sporting 600 96%

11. Valladolid 500 95%

12. Málaga 1.580 97%

13. Villarreal 142 ?

14. Mallorca 4 93,24%

15. Getafe ? ?

(* hoy en día sigue siendo Dalport)