Con la mejor versión de David Silva, repuesto ya de los constantes problemas físicos sufridos en la 08/09, el club de Mestalla ha recobrado definitivamente el norte. Más que nada, así quedó claro el domingo ante el Valladolid, porque el canario fue, es y será el epicentro del juego. Todos los balones pasan otra vez por sus pies, desde donde el ´21´ espera liderar la candidatura blanquinegra a alguno de los títulos en juego. «Hay que dar el máximo para llegar lejos. El equipo está comprometido; si seguimos en esta línea podremos estar en la pelea hasta el final. Vamos a dar guerra», dice a modo de aviso.

El de Arguineguín es mucho más que el principio de las jugadas de ataque del equipo. En más de una ocasión, como ocurrió en el primer tanto del Nuevo Zorrilla, también puede poner el punto y final. Aunque asegure que tiene «otras características» y que «lo importante es ayudar», el internacional sabe que los pupilos de Emery —que le ha pedido que busque con más ahínco la portería contraria— saldrán muy beneficiados si mejora sus números realizadores. «Marcar goles es una faceta importante; si haga más que otros años, mejor», reconoce.

Lo que está claro es que Silva es pura calidad y sabiduría a la hora de elegir el momento y el lugar adecuado para dar el último pase. De acuerdo con lo ocurrido en el último encuentro liguero, en el que fue sustituido en el minuto 79, quien más tiene que agradecer su clarividencia de ideas es David Villa. Pero bueno, poco queda por decir ya de las prestaciones de la pareja que forma con el canario, pretendida por media Europa y completada con otros talentos innatos como Mata, Pablo o Banega. «Hay que quitar hierro a los del trío. Todos están bien en ataque y en defensa; no se puede quitar mérito a otros compañeros», recalca una y otra vez David.

Aunque diga que todavía tenga que recuperar parte de la movilidad en el tobillo del que fue operado, el izquierdo, disfruta de nuevo plenamente sobre el césped. Sus últimas actuaciones, en las que ha firmado tres dianas en otros tantos partidos, demuestran que ha dejado atrás las molestias de la 2008/09. «Lo pasé mal por no poder ayudar al equipo todo lo que quería. En el fútbol hay momentos buenos, malos y muy duros, como me pasó a mí el año pasado», recuerda el futbolista canario.

Igual de pesado o más que el físico es el lastre psicológico del que se ha desembarazado con el arranque de la temporada. El de Arguineguín ha recuperado la tranquilidad tras unos meses en los que no sabía donde estaba su futuro, ya que la inestabilidad del club de Mestalla y los cantos de sirena de otros clubes pudieron provocar su salida. Pero al final no fue así y Silva continúa marcando el paso de los de Emery.

Su primer Mundial, de fondo

Motivación no va a faltarle en los próximos meses. Por un lado está la lucha blanquinegra por poner en aprietos a Madrid y Barça, por «muchísimo» que se hayan reforzado merengues y culés. Por otro, su más que posible presencia en Sudáfrica con la selección. David, salvo percance físico de importancia, tendrá la oportunidad de disputar el primer Mundial de su carrera a las órdenes de Vicente Del Bosque, quien también le destina un papel predominante en la Roja.