Manuel Llorente quiso dar normalidad al día después de la primera pitada sintomática habida en Mestalla. El presidente aprovechó la jornada para presenciar en directo el encuentro del filial, el cual tampoco le dio ninguna alegría en su visita al Alcoyano. Llorente, que no contempla hoy por hoy tomar ninguna decisión que haga peligrar el puesto de trabajo de Unai Emery, habló con el entrenador blanquinegro a la conclusión del encuentro ante el Atlético de Madrid.

El presidente, amargado por los dos puntos que se esfumaron en el último minuto, bajó como suele hacer tras cada partido en casa al túnel de vestuarios. Allí conversó a solas con Emery, charla en la que el entrenador le dio al presidente su lectura del partido. Las caras largas fueron la imagen del palco de autoridades a la finalización del duelo del sábado, si bien, la cúpula dirigente valencianista quiere quitarle hierro al asunto y se confía, tal como expone el entrenador, que en breve el equipo volverá a tomar la senda de las victorias.