¿Qué tiene el Standard de Lieja para que la secretaría técnica del Valencia lo conozca perfectamente? No es una pregunta cualquiera, es de hecho, una pregunta pertinente. Si acaso, incompleta. Sería más correcta de la siguiente manera: ¿Qué tiene el Standard de Lieja para ser el equipo más perseguido por los ojeadores de los grandes clubes europeos?

Sí, el Standard de de Lieja es posiblemente el equipo europeo más vigilado por las secretarías técnicas de todos los grandes del fútbol europeo. Y de ello, tienen la culpa un puñado de interesantísimos futbolistas y sobre todo, una pequeña pero reciente y eficaz estructura interna que le ha llevado a ganar la liga belga las dos últimas temporadas después de 25 años.

En un país dividido entre valones —hablan francés— y flamencos —que hablan holandés—, Lieja es una ciudad de tradición francesa, pero con un equipo que no hace distinciones. En las gradas del Maurice Dufrasne se habla indistintamente, y sin represalia de ningún tipo, cualquiera de los dos idiomas que de una manera u otra dividen el país y por lo tanto, también su fútbol. Y desde esta aparente falta de identidad —por ejemplo el Anderlecht tiene un marcado origen flamenco— se ha hecho fuerte, lo que le ha permitido aglutinar también a los inmigrantes. El Standard ha experimentado un espectacular crecimiento social —ya es el segundo equipo con más aficionados en Bélgica por detrás del Anderlecht y por delante del Brujas— tras el que ha venido el deportivo.

Comparado con el Valencia u otro equipo italiano o inglés, es un club pequeño, pero está bien organizado. Tiene una estructura sencilla pero sumamente eficaz que le permite buscar y encontrar donde nadie busca ni encuentra, al tiempo que cuida la cantera. Además, sabe fichar cuando más barato es un jugador y venderlo muy caro. Este crecimiento deportivo, económico y social le ha permitido tener también controlado el mercado belga hasta el punto de pelear por los mejores jugadores locales con los tradicionalmente grandes, e Anderlecht y Brujas.

Maneras de fichar

Del modesto Mons belga se hizo con Wilfred Dalmat, jugador al que le ha sacado un gran rendimiento. Fichó al central americano Oguchi Onyewu después de que no cuajara en el Newcastle y ahora juega en el Milán tras marcharse libre. Situación parecida a la que se puede dar con el delantero Jovanovic. Los técnicos del Standard confiaron en Jovanovic después de que no triunfara ni en Shakhtar ni en el Lokomotiv; En Lieja, Jovanovic ha explotado como futbolista hasta el punto de convertirse en uno de los favoritos de la grada por su carisma y manera de entender este deporte.

Pero Jovanovic no es el mejor jugador del Standard. Sí es la mejor ganga que ofrece el mercado europeo para todos aquellos que sepan buscar y, sobre todo sean rápidos. En el Standard hay mejores futbolistas, como el delantero congoleño Mbokani, al que también ha seguido el Valencia y cuyo precio actual es mucho mayor de lo que pagó hace unos años el Standard por él al Anderlecht cuando era un auténtico desconocido.

También es interesante Defour, medio centro fichado al Genk —le ganó la partida al Ajax— y que siguen Real Madrid, Arsenal y Everton. Fue el Everton el primero en darse cuenta de la nueva camada de jugadores del Standard; pagó 18 millones por el medio centro canterano Fellaini.

En el equipo de Lieja se han dado a conocer un puñado de jugadores que representan a la nueva generación de oro del fútbol de Bélgica y que ya cuenta entre sus fechorías haber eliminado del europeo Sub´21 a la Portugal de Moutinho, Nani y Manuel Fernandes y ser cuarta en los Juegos Olímpicos de Pekín después de eliminar a la Italia de Rossi. Destacan el canterano Witsel, más conocido ahora por romperle recientemente la tibia y el peroné a Wasilewski y el brasileño nacionalizado belga De Camargo, al que fichó del desconocido Bruselas.Pero el Standard no sólo ha vuelto a ser campeón de liga, la temporada pasada estuvo a punto de eliminar al Liverpool de la previa de la Liga de Campeones, y después se metió en la liguilla de la Copa de la UEFA tras eliminar al Everton inglés.