Manuel Llorente deja en manos de Unai Emery el asunto Miguel. Dicho de otra manera, por parte del club se da carpetazo al tema y todo queda, por lo tanto, en la sanción deportiva que le impuso el pasado fin de semana el técnico al luso, dejándolo fuera de la convocatoria, y la pertinente sanción económica que le caerá siguiendo los parámetros que marca el régimen interno del vestuario.

El presidente del club considera que el acto de indisciplina que cometió Miguel el pasado jueves, cuando llegó tarde a la sesión fotográfica habida en Mestalla —que no al entrenamiento—, no tiene tanta relevancia como para que el Consejo de Administración entre de lleno en el asunto. Llorente considera que Miguel se quedó dormido como le sucede a otros jugadores a lo largo de la temporada y que el asunto se tiene por lo que dicta el régimen interno.

En este sentido, al menos en esta ocasión, Llorente respalda la postura que tomó Emery cuando lo dejó fuera de la lista de convocados para viajar a Pamplona. La sanción deportiva impuesta por el entrenador fue acatada por el jugador (aunque tal como desveló SUPER, el agente del futbolista, Paolo Barbosa, considera que la mejor solución para las partes es buscarle a Miguel una salida) y el lateral luso comenzó ayer a preparar con el resto de compañeros el compromiso ante el Mallorca.

Llorente, pese a que ayer por la mañana estuvo en la Ciudad Deportiva de Paterna, ni habló ni tiene intención de llamar al orden a Miguel. El presidente considera que no tiene sentido ni darle una reprimenda por ser reincidente en lo que a dormirse se refiere ni tampoco una palmadita en la espalda para que a partir de ahora sea un chico buena.

Emery apuesta por Miguel

Emery, una vez tomada la decisión disciplinaria, trata ahora de que Miguel vuelva a subirse al tren. En declaraciones a este diario, el técnico aboga por recuperar la mejor versión de Miguel, aunque para ello "lo más importante es lo que él quiera dar". Para Emery, "Miguel es un gran futbolista, creo ciegamente en Miguel y quiero que tenga una regularidad tanto en la convivencia con sus compañeros como en su juego".