Manuel Llorente lo tiene claro. Juan Mata no está en venta. El presidente califica al asturiano de «imprescindible» y le considera como uno de los abanderados del nuevo Valencia. Por ello Mata no está en el mercado y quien lo quiera tendrá que estar dispuesto a pagar 60 millones de euros para hacerse con sus servicios, es decir, Llorente se remite a la cláusula de rescisión que tiene en su contrato.

David Villa y David Silva han abandonado el Valencia por necesidades económicas de la entidad, pero todo tiene un límite, y por esta temporada, Llorente da por concluida la marcha de más estrellas. Y el dueño del dorsal ´10´ en la camiseta del muerciélago lo es. «Mata no se vende, es imprescindible», afirmó el presidente ayer en el programa ´Locos por el fútbol´ de la emisora 90.1. Llorente de esta forma hizo pública y en voz propia la postura que en los últimos días se apuntaba desde las oficinas del Valencia cuando se preguntaba por el futuro de Mata.

El ´10´ del Valencia está en boca de varias posibles novias durante este verano. El Barcelona de Sandro Rosell se ha colocado como el más interesado, aunque para vestirlo de azulgrana el nuevo dirigente culé deberá rascarse y bien el bolsillo. «Si viene el jugador y paga la cláusula, obviamente sí saldría», reflexionaba el presidente blanquinegro durante la entrevista concedida ayer. Y cuando Llorente habla en tales términos no suele dar marcha atrás. Lo demostró el pasado verano cuando solo hubiera vendido a Villa o Silva por una cantidad «escandolsamente, escandolosa» —como en su opinión no llegó tal oferta, continuaron un año más en la entidad—; mientras que por contra, en ningún momento ha negado durante este curso que Villa o Silva fueran a salir del Club, eso sí, en el caso del canario afirmó que no lo vendería por menos de 30 millones y el Manchester City se ha hecho con sus servicios por 33.

El Valencia, en términos contables, respira un poco más tras el traspaso de Silva, por lo que no hay urgencias económicamente hablando por traspasar a un futbolista como Mata. Pero, sobre todo, los gestores del club blanquinegro ven a Mata el nuevo icono del valencianismo, como esperan que lo sea también Roberto Soldado, y uno de los integrantes del vestuario que tienen que coger el toro por los cuernos tras la marcha de piezas básicas como Silva o Villa. Además, el jugador está en Sudáfrica muy tranquilo y no se ve jugando en otro club que no sea el Valencia la próxima temporada.

A la vuelta del Mundial y de las merecidas vacaciones de Mata, Llorente tiene previsto reunirse con el asturiano en persona para zanjar cualquier posible malentendido entorno a su actual situación contractual. En las últimas semanas, las diferentes versiones respecto a su mejora salarial y a los años que le restan de de contrato difundidas desde el Club y desde el entorno del jugador habían dado pie a que terceros —como el Barcelona— trataran de pescar en río revuelto. Pero no podrán hacerlo... salvo que presenten 60 millones de euros.

El Valencia, por lo tanto, y más tras el fichaje de Tino Costa —lo del segundo delantero va para largo—, se centra por completo en la operación salida... pero la de aquellos jugadores con los que no cuenta Unai Emery.