21:44. La sede de l´Agrupació de Penyes del Valencia se viene abajo. Rubén Baraja ha llegado. Por última vez. Lo estaban esperando desde que se anunció su marcha. Desde que celebraron aquel gol ante el Espanyol hace ocho años. A grito de «¡Pipo, quédate, Pipo quédate!» lo reciben. Como un ídolo. Como una persona que ha marcado sus vidas. Los peñistas están en pie. Le adoran y le cantan. Más alto que nunca. «Pipo Baraja, la la la la, Pipo Baraja». «Pipo es un señor, Pipo es un señor». No es una noche cualquiera. Es el adiós del ´8´. Hay nostalgia en los peñistas, hay alegría, también tristeza. Hay una mezcla de emociones y recuerdos incontrolable que estalla. Es la forma de la afición de darle las gracias.

La noche empezaba en las oficinas. Allí el Pipo firmaba el libro de honor de l´Agrupació y en el de los internacionales y empezaba a recibir cariño en forma de regalos. El primero de Part. Un ´cavàs de melons´. Era sólo el principio. La afición no le iba a dejar cenar. Todos querían una fotografía con Rubén, un abrazo, un beso, un choque de manos, un autógrafo en aquella foto del año del doblete o en aquella entrada de Málaga o Sevilla de las Ligas. ¡Qué recuerdos! Llega el postre y aún está atendiendo a los peñistas. Llega otra sorpresa. Una tarta de nata con dedicatoria incluida. «Gracias» No hay cumpleaños feliz. Hay «¡Pipo Baraja, Pipo Baraja! Es el grito de guerra. «Que hable, que hable». Llega otro de los momentos de la noche. El turno de las palabras. Milagro. Por primera vez se hace se hace el silencio. Primero es Jaume. «Quien mejor que Baraja para cerrar esta temporada. Lleva diez años y nos ha dejado muchos recuerdos como el partido del Espanyol, el gol de Sevilla, el de la Supercopa...pero recuerdo en 2008 un Valencia que era un desastre institucional. Nos reunimos con él y otros y esas cosas son las que hacen a un jugador grande. Allí se vio que Rubén pensaba en el Valencia. Él me dijo ahora hay que ser más que nunca del Valencia. Ese es Baraja. Es una leyenda, ya es inmortal en el Valencia. Esta siempre será tu casa». L´Agrupació explota. «¡Nosotros te queremos. Pipo quédate!».Por fin, llega su hora. «Quiero agradeceros vuestra presencia, el cariño y el apoyo de todos los años, han habido momentos buenos, momentos malos, pero el Valencia siempre ha estado encima de todo. Me voy feliz agradecido a vosotros por todo lo que me habeis dado». Ayer no habían preguntas. Todos eran agradecimientos. Unos con lágrimas, otros con resignación. «Siempre te vamos a llevar en nuestro corazón», «te queremos», «eres un caballero», «el domingo todos seremos Baraja», «Ni Baraja ni Llorente, el Pipo está presente», etc.«Me vais a hacer llorar», decía él. No sabe lo que le espera mañana en Mestalla.