Aritz tenía 18 años cuando disfrutaba con el juvenil del Antiguoko, pero ahí José María Amorrortu le echó el lazo para el Athletic. Mientras el ariete estaba pendiente de ingresar en la universidad tras aprobar la selectividad, su idea era estudiar INEF, varios clubes se interesaron por él como el Deportivo Alavés para jugar en sus categorías inferiores o el Aurrerá de Vitoria, pero el Athletic le cazó recurriendo al convenio de colaboración que tenía firmado con el Antiguoko y que les daba la posibilidad de atar a sus jugadores. Han pasado ya muchos años desde entonces, era la temporada 99/00, pero su descubridor aún tiene detalles frescos de aquella operación.

«Han pasado ya muchos años, pero recuerdo aquella operación perfectamente. Jugaba en el juvenil del Antiguoko junto a los hermanos Alonso e Iraola, nosotros nos fijamos en Aritz y lo fichamos a través del Aurrerá de Vitoria, club de Segunda B que también estaba muy interesado en él. El Athletic en aquella época tenía un convenio con el Antiguoko que nos posibilitaba, mediante un documento, fichar a los jugadores que considerásemos oportunos», recuerda el actual Director de Fútbol Base del Atlético de Madrid. A pesar del tren de largo recorrido al que se ha subido para llegar a la élite, en los juveniles ya demostró ser una persona que pelea por un objetivo hasta que lo consigue. Eso sí, en el campo conocido como la ´Jaula´ de Lezama se perfeccionó una de las grandes virtudes del punta, como es el juego de espaldas a la portería del rival. Según recuerda Amorrortu, con Aduriz se hacían «entrenamientos específicos y uno de los aspectos que se quería perfeccionar era su juego de espaldas. Pensamos que era uno de los campos en los que podía mejorar y basta verle ahora. Otro aspecto en el que enfatizaron los técnicos fue en la tranquilidad que debía tener a la hora de definir, en la acción final de una jugada. Ha mejorado mucho en esa faceta. Sí que recuerdo que siempre ha tenido un potente salto de cabeza, salta pronto y se mantiene muy bien en el aire, ganándole la partida muchas veces a su rival. Es un lujo para el Valencia tener un delantero como él, un jugador de área, que le da al equipo mucha profundidad. Siempre ha sido un chico valiente».

Uno de los aspectos que sí que sorprendió a Amorrortu fue que le dieran la carta de libertad después de su tercera temporada con el Bilbao Athletic, en la Segunda División B, con Ernesto Valverde de técnico. En ese ejercicio 2002/03 llegó a disputar cuatro partidos con el primer equipo rojiblanco que entrenaba Heynckes, pero Valverde no contó con él para la primera plantilla y la directiva del Athletic le dio la carta de libertad. «Me sorprendió que el Athletic le dejara libre en su día y fichara por el Burgos, apostó por otros jugadores que pensarían tendrían más proyección, no habría otros motivos», apunta Amorrortu. No es fácil estar varios años en Lezama y cuando llega el momento decisivo para dar el salto que te inviten a buscar otro camino, pero Aritz era no se iba a rendir en su objetivo por hacerse un hueco en la élite, nunca ha bajado los brazos. Un año de esplendor con el Burgos, también en Segunda B, le sirvió para dar un paso adelante, fichando por el Valladolid. La vida da muchas vueltas y el Athletic desembolsó una cantidad próxima a los tres millones de euros en enero de 2006. «Ha ido creciendo y ahora tiene mucha más experiencia, porque las cualidades que tenía de pequeño eran las mismas que las que tiene ahora, pero perfeccionadas. La verdad es que me alegro muchísimo por Aduriz, igual no ha tenido la suerte que merecía en alguna época de su carrera futbolística, pero como es valiente, trabajador y con un espíritu de sacrificio importante, le ha llevado a estar donde está actualmente, en uno de los grandes de la liga», asegura Amorrortu, el hombre que dio el OK para su fichaje por el Athletic procedente del Antiguoko.¿Qué aspecto ven los ojos de un técnico y puede pasar desapercibido? El ex director de Lezama considera que el jugador nacido en Donosti tiene un don: «Hay un aspecto que seguramente puede pasar desapercibido para el aficionado y es el timing que tiene y la coordinación con el balón en el juego lateral. Es un don que tiene».

Aunque hace tiempo que no tienen contacto telefónico, el aprecio sigue existiendo, ya que la relación de Amorrortu con Aduriz se extendió a su familia: «Conozco a sus padres y les tengo mucho aprecio, también son muy deportistas como él. Aduriz está jugando muy bien en el Valencia y seguro que hará un gran trabajo».