Apenas se ha cumplido una semana desde que el Valencia regresó a los entrenamientos en la Ciudad Deportiva y, sin embargo, Unai Emery muestra una cara diferente. El entrenador vasco ha comenzado el trabajo dando máxima importancia a los conceptos defensivos. Ni mucho menos va a traicionar sus principios, pero el de Hondarribia se renueva con el objetivo de perfeccionar su Valencia. Emery trabaja a destajo a la búsqueda de un equipo que no deje escapar grandes partidos por errores puntuales o faltas de atención que la campaña anterior costaron más de un disgusto y la eliminación prematura en Champions y Copa del Rey, campeonatos en los que se quiere llegar más lejos en la temporada que se avecina. En este sentido, los jugadores son conscientes de que hay que «mejorar» para ganar en competitividad. «Debemos mejorar muchas cosas, el partido que se nos fue contra el Schalke es algo que hay que mejorar para poder luchar a full en todo», admitió ayer Tino Costa.

Si en los días precedentes el entrenador blanquinegro se centró sobre todo en los movimientos de la línea de cuatro, ayer amplió la lección táctica para el resto del equipo. La defensa es esfuerzo y compromiso de los diez jugadores de campo. Pura solidaridad. A primera hora de la mañana, ya con el calor apretando de lo lindo, Unai dividió a la plantilla en dos y tras pasar por el gimnasio reunió a los jugadores en un pequeño corro para explicarles que quiere de ellos en el terreno defensivo. Intensidad, presión y ayudas constantes para asfixiar al rival de turno. Emery quiere que sus jugadores ´muerdan´ y ahoguen al contrincante cuando sobrepase con el balón la línea de centrocampistas.

El entrenador reunió a Bruno, Ricardo Costa, Dealbert y Jordi Alba y, por delante de ellos, Topal y Tino Costa. Una vez los seis estaban colocados en posición defensiva, Emery cogía el balón con las manos y avanzaba simulando el movimiento del mismo, mientras requería a viva voz la llegada de un interceptor de la jugada y a los otros cinco que se encargaran de bascular y ocupar el espacio del compañero que había salido a la presión y cerrar las líneas de pase.

Luego llegó el turno de Miguel, Rami, Pardo, Mathieu, Maduro y Albelda. Durante el ejercicio los futbolistas cumplieron con intensidad con las peticiones del técnico. Más tarde, en el siguiente ejercicio, Unai ensayó también los apoyos entre los centrales, laterales y mediocentros para dar salida con fluidez al balón, un aspecto del juego que el curso pasado pasó factura en varias ocasiones.

Al mismo tiempo en la otra parte del campo el segundo técnico, Juan Carlos Carcedo, trabajó con los atacantes cómo taponar la iniciación de juego y, una vez recuperado el esférico, llegadas a portería con una rápida transición. Sin embargo, fue en la sesión vespertina cuando los puntas ganaron en protagonismo. De nuevo con Carcedo, se ensayaron paredes por los costados y remate. Mientras, Unai ponía en práctica los conceptos de la mañana en un partidillo en el que la zaga trataba de dejar en fuera de juego a los puntas.

Jonas marcó, con un bonito disparo cruzado, el gol de la tarde en un entreno en el que los jugadores acabaron agotados por la intensidad mostrada y el fuerte calor. Una motivación, por cierto, que tiene muy satisfechos a los técnicos, tanto como que escaseen los problemas físicos en este inicio.