A los 6 años, Juan Bernat y su hermano mayor Alejandro empezaron a corretear por la Ciudad Deportiva de Paterna. Los dos se pasaban el día chinchándose en casa y sus padres Amparo y Alejandro decidieron apuntarlos al fútbol social del VCF. Era su diversión, Juan iba detrás de la pelota como el resto de niños, pero poco a poco le cogió cariño al fútbol hasta que se permitió soñar con verse algún día como los mayores que veía de lejos alguna tarde: los futbolistas del primer equipo del VCF. Han pasado doce años desde entonces. Piensa y no recuerda con nitidez cómo fue aquella época, ahora bien, la fotografía que tiene enmarcada en su habitación de su etapa como Alevín le ayuda a revivir momentos bonitos de hace años: «¡En ese alevín jugaba el portero Adrián, que también está aquí!». También se asoma a la élite Carlos Moro, que la temporada pasada jugó en el juvenil de División de Honor, al resto les ha perdido la pista. Muchos empiezan pero sólo llegan unos privilegiados y Bernat tiene el atrevimiento necesario para esculpir su nombre en la historia del Valencia. Es cuestión de tiempo.

Brilló en los 45 minutos que jugó frente al PSV y en el trayecto de vuelta en autobús recordó un consejo que le dieron sus padres: «Me dicen que siempre sea humilde, que tenga los pies en el suelo, y también que trabaje mucho». No está acostumbrado a las entrevistas con los periodistas, es muy tímido e incluso llega a transmitir cierto nerviosismo, justo lo que no tiene cabida cuando salta a un terreno de juego, con independencia de si enfrente tiene a un chico de su edad o a un internacional por Holanda que milita en el PSV. «No hay que tener miedo, hay que atreverse. Son equipos profesionales pero si les tienes miedo las cosas salen mal, hay que echarle huevos», dice en voz baja. El cuerpo técnico le tiene en muy buena consideración y confía en ´Juanito´, los compañeros también y él abre los ojos: «Estoy aquí para aprender mucho y aprovechar la oportunidad». Sus padres le llevaban a ver al Valencia en Mestalla y él empezó a vibrar con los goles del ´Piojo´ López, aunque uno que no le va a olvidar nunca es el «gol que Mendieta le marcó al Atlético en la final de Copa que se jugó en Sevilla». A él le colocan los técnicos en la banda izquierda, «siempre he jugado ahí, soy zurdo y pequeñito, aunque también puedo hacerlo por la derecha a pierna cambiada». Su actuación no ha pasado desapercibida para nadie y en la red social Tuenti ha recibido muchas felicitaciones, por teléfono llegó la de sus padres, que siguieron el partido en diferido: « me dijeron que les gusté mucho». Está dando sus primeros pasos en el primer equipo, con quién debutó a finales de mayo en Alzira. Cuando cierra los ojos y se ve en el mismo vestuario que Albelda sigue soñando: «Ojalá pueda ganar lo que él ha conseguido. Se piensa de verdad, no se dice porque sí, sería un sueño para mí».

Todo está siendo maravilloso, como su infancia, cuando se juntaba con los amigos de Cullera para realizar trastadas. «Están orgullosos y un colega me ha dicho que le pida la camiseta a Aduriz, pero no me atrevo» (risas), dice unos minutos antes de que casualmente pasa por su lado Aritz que se dirige a la sauna. Juan no se atreve, pero no podía desaprovechar la oportunidad y se le comenta al delantero que marcó uno de los goles contra el PSV: «¡Todo lo que quieras Juan, pero que te traten bien los periodistas, eh!». El centrocampista nacido en Valencia ha pasado en sólo unos años de lanzar globos de agua a la gente o al tren en la playa de Cullera con sus amigos —«éramos un grupito peligroso» (bromea)— a estar con sus ídolos, pero a él no le cambia nada, y sigue dando vueltas por la ciudad con sus amigos de toda la vida, como Carlos Cubas y Jesús Muñoz. Hacen cosas de adolescentes y como tales, también reciben alguna regañina de sus padres. A Juan le insiste su madre en que estudie: «De pequeño era buen estudiante hasta que llegué a la ESO, la acabé y después se me fueron las ganas de estudiar. Bachiller me costó y lo dejé, intenté hacer un módulo en Educación Física el año pasado, pero nada, no tenía ganas. Este año mi madre se ha empeñado en que estudie porque dice que algo debo tener, para que en un futuro pueda permitirme el acceso al grado superior más adelante». En el fútbol ya lo ha conseguido.

ASÍ ES JUAN

En el campo empieza a darse a conocer, ¿cómo es fuera?

Sus debilidades

Los spaguetis que le hace su madre Amparo los devora, como los helados de vainilla.

Series preferidas

A Juan le gusta ver la televisión, sobre todo algunas series. Las últimas que ha seguido son ´El Internado´ y ´El Barco´.

Horas a la consola

También le echa horas a la consola, actualmente tiene una XBox que hace trizas jugando a juegos de tenis y sobre todo al FIFA de fútbol, aunque admite que su amigo ´El Cubas´ es mejor que él.

La playa de Cullera

En verano disfruta tumbándose en la playa de Cullera, al solecito y dándose bañitos. Antes sí que hacía pachangas en la arena, pero ahora se lo toma con más relax.

Su habitación

Ahora su hermano Alejandro —su otra hermana es Inés— le ha dejado la habitación sólo para él, donde está la medalla de subcampeón de Europa Sub´17.