Se respira otro aire en el vestuario del Valencia, desde el primer día los fichajes están contagiando con el hambre que tienen a los elegidos por Unai Emery para seguir en el proyecto. Transmiten ilusión, ganas por crecer, son afables, risueños incluso… un sinfín de adjetivos positivos que desembocan en una frase con la que el cuerpo técnico ya presume: «este vestuario es buenísimo». Cuando Manuel Llorente se sentó con el técnico de Hondarribia para ofrecerle la renovación era consciente que para seguir creciendo se requerían cambios en la ´caseta´, término coloquial con el que los futbolistas aluden al vestuario, y se metieron de lleno en faena. Había que ir al centro neurálgico, ver la gente que ya llevaba muchos años y que seguramente con el inicio de la temporada siguiente no tendría ese ímpetu por crecer a pasos agigantados como sí pueden tener chicos más jóvenes que aterrizan en el VCF como si lo hicieran en el mejor club del mundo, dispuestos a no desaprovechar la oportunidad de oro que les ofrecía su nuevo contrato. Adil Rami, Diego Alves, Pablo Piatti o Dani Parejo se han enfundado la elástica blanquinegra con una pasión que, según el cuerpo técnico, ya les faltaba a gente como Vicente, Chori Domínguez, Navarro o Joaquín, por poner tres ejemplos. La ilusión y el trabajo son las fuerzas principales para que un club de élite funcione a pleno rendimiento, y Unai lo está comprobando desde el primer día.

Basta con cruzarse una mirada en los desayunos o en las cenas que han compartido en la primera semana de trabajo para comprobar el cambio tan radical que ha experimentado el vestuario. No es que las piezas que se han sustituído estuvieran de vuelta, pero sí tenían su desgaste. Los recién llegados se han presentado con mucha hambre, desde que cruzaron el vestuario han decidido trabajar al máximo, el único de los cuatro que ha aterrizado desde el extranjero -Adil Rami- se ha esforzado por hablar la lengua de Cervantes como si estuviera preparando una oposición, y todo con la finalidad de integrarse cuanto antes en un vestuario que quiere soñar como hace su técnico cada vez que se acuesta. ¿Por qué no? Esa ambición que transmiten los recién llegados acaba contagiando al resto del grupo, una circunstancia que acaba siendo fundamental desde el momento en que se decidió apostar por la continuidad del entrenador. Braulio Vázquez, como máximo responsable de la secretaría técnica, era consciente que debía coger el bisturí para analizar al detalle su currículo profesional y el personal, ya que Manuel Llorente le exige minimizar el margen de error.

¿Qué han visto los técnicos en los primeros entrenamientos a título individual? Muchos aspectos positivos. Diego Alves está sobresaliendo por el exquisito juego de pies que tiene, moldeando su pierna izquierda hasta convertirlo en un guante incluso en situaciones de máximo riesgo. Unai incide mucho en esto, ya que no es partidario de recurrir al balón en largo, de ahí que les pida a los defensas apoyarse en el portero como si fuera un jugador de campo más. El meta brasileño está respondiendo y enchufado desde el primer día, demostrando también que ofrece un gran dominio bajo los palos y especialmente en el uno contra uno, faceta en la que también sobresale Guaita. En el plano personal da la sensación de ser un chaval excelente.

Rami impone. Emery está muy atento para que absorba cuanto antes los conceptos tácticos que quiere de él, y lo que se ha observado en las primeras sesiones de trabajo es que cualquier error táctico que puede cometer es suplido por sus excelentes cualidades físicas. Los técnicos son conscientes que se trata de un diamante en bruto que hay que ir puliendo poco a poco, se nota su juventud y aún le falta el aplomo que se gana acumulando experiencia en la élite. De ahí que se le busque una pareja que se complemente bien con él, con mayor experiencia. Otro aspecto que está destacando del ex jugador del Lille es su facilidad a la hora de comunicarse con sus compañeros, ya que desde el mes de enero está aprendiendo castellano, tiene desparpajo, y en el vestuario creen que en poco tiempo hablará como un loro. Otro jugador de la nueva hornada es Piatti, que ofrece un perfil futbolístico que no tenía el equipo. Muy rápido y vertical, desde el primer día está destacando, siempre con la portería entre ceja y ceja. Físicamente está un punto por encima del resto, debido a su fisonomía, que le permite adaptarse mejor a los primeros días de entrenamiento después de un período de vacaciones.

Al que aún no han observado de los nuevos, Dani Parejo, ya se lo conocen de memoria por los duelos que han vivido en la liga. Tanto Unai como el resto del cuerpo técnico tenían su nombre destacado en los partidos contra el Getafe, siempre aparecía en las charlas técnicas porque había que prestarle mucha atención por la capacidad de desequilibrio que tiene. Ayer se unió al grupo. Pero lo que Unai tiene bien claro es que el vestuario ha sufrido una gran transformación, pero más allá de las salidas suplidas con entradas, se ha logrado traer un aire nuevo a un vestuario que ha cambiado la veteranía por la juventud, los conocimientos por el hambre de convertirse en mejores futbolistas, y el gran beneficiado va a ser el Valencia. Con la llegada de Dani Parejo al grupo ya están todos los nuevos… de momento, pero ya se percibe que este equipo poco tiene que ver con el más reciente.