Presentación por partida doble en Mestalla. Ayer frente al Roma no sólo se presentó en sociedad la plantilla 2011/2012 del Valencia, sino que también fue un día grande, la jornada del estreno, para la Curva Nord Mario Alberto Kempes. La Grada Jove vivió su primer examen, una experiencia piloto con vistas al futuro. Los peñistas de Gol Gran y Yomus, acompañados de centenares de jóvenes deseosos de animar a su equipo, pasaron la prueba con sobresaliente.

En cuanto a la nota obtenida no cabe duda. Los jugadores quedaron encantados con la pasión transmitida a la hierba. Roberto Soldado dictó la sentencia. Tras anotar el segundo tanto del choque, el valenciano dedicó el gol a la Curva Nord, señalándola con el dedo y mostrando a los seguidores el dedo pulgar, en signo de máxima complicidad y aprobación al calor recibido por parte de sus cerca de 3.000 componentes.

Los romanos y, circunstancialmente, también al colegiado valenciano Ayza Gámez comprobaron en sus carnes cómo aprieta al rival un Mestalla fortalecido. La grada valencianista animó sin descanso a los suyos, pero además infundió temor al oponente. Rugió al más puro estilo de los calientes campos en Italia o Alemania.

Después de dirigirse al coliseo desde la Calle Chile, donde se habían dado cita a primera hora de la tarde en el ´Pub Poseidón´, los miembros de la Curva Nord entraron en el estadio pasadas las nueve de la noche. Con ellos la puesta en escena de los jugadores adquirió un plus de fervor. Sin embargo, el momento más emotivo sucedió cuando desplegaron el gigantesco tifo que prepararon en los días previos. Una gran pancarta con el nombre Curva Nord y el ´10´ de Kempes en la parte superior de la grada, Gol Sur; debajo, el mensaje que quisieron trasmitir al valencianismo: «Bombeamos tu sangre», y en el medio, una enorme tela en la que pintaron el escudo del Valencia en blanco y negro, adornado con una corona de laurel y aficionados con banderas y banderas sustentando al escudo.

Llamó, más si cabe, la atención el apoyo sin descanso que la Curva envió al equipo y cómo en muchos momentos consiguió que todo el estadio se uniera a ellos. Media hora antes del inicio ya estaba en acción con cánticos, aplausos sincronizados, bufandas, brazos al viento… Un minuto antes de empezar el partido guardaron silencio con respeto por los valencianistas fallecidos —Diarte, Carrión y Company—. Ya durante el partido, Mestalla vibró 90 minutos al son de la Curva: «¡Valencia, Valencia!», «Vamos campeón», «Tu grada, tu grada, que te anima con el alma y la garganta»... Hasta arrancó las excusas de Banega.