«Hay que morder al Barça», «No podemos salir relajados». «Si no estamos concentrados durante los noventa minutos lo vamos a pagar caro», «Tenemos que aprovechar las ocasiones que tengamos», «Hay que ir a tope desde el primer minuto», «Son muy buenos, pero no son invencibles». Son algunas de las consignas con las que los 18 elegidos de Emery salieron a las nueve de la noche de Mestalla en sus coches rumbo al hotel de concentración del Valencia. Las caras serias y convencidas de los futbolistas hablaban por si solas cuando todavía faltan 24 horas para que empezara el partido. También la de Emery. Si fuera por ellos habría empezado el partido anoche. Saben que están ante su partido del año, que es una oportunidad única para llegar a la final, que van a tener el respaldo de Mestalla, que hasta un tifo les recordará que hay que creer y, sobre todo, que con órden, ideas claras y pegada le van a poner las cosas difíciles al Barcelona. Es una final para once valientes y 50.000 corazones.

Emery empezó a jugarla ayer por la tarde cerrando Mestalla como si fuera un búnker. Se aisló del mundo tapando todos y cada uno de los ´agujeros´ del estadio que permitían la visión desde fuera. Tampoco faltó el vídeo del Barça «por mucho que lo conozcamos de verlo por la televisión», como decía un técnico. El Barça también tiene agujeros y el Valencia de Unai está obligado a encontrarlos. ¿Cómo? Con un equipo físico, solidario en las ayudas, compacto, rápido en las transiciones y de personalidad que bloqueé el juego combinativo de Guardiola. ¿Con quién? Con los mejores. Diego Alves será el portero. La buena noticia para Emery es que Miguel y Rami completaron la sesión con buenas sensaciones. El portugués y el francés apuntan a titulares, aunque Emery se mostró especialmente pendiente y dialogante con Barragán. Víctor Ruiz será el acompañante del francés para asegurar la salida de balón. La banda izquierda es para Jordi Alba y Mathieu. El técnico reconoce que jugar con el Jérémy como interior zurdo ya no es un factor sorpresa, pero sí sigue siendo un arma del Valencia y una preocupación para evitar las continuas subidas de Dani Alves.

La clave estará en el centro del campo. Presionar, contener la avalancha culé y estar preciso en las salidas es vital. El buen momento por el que atraviesan Albelda y Tino, unido al desgaste físico y el juego directo del argentino, les convierte en imprescindibles. Soso, con más gasolina y recorrido que Piatti, tiene todas las papeletas por derecha ante la baja por lesión de Pablo Hernández. La duda está en la mediapunta. El pequeño bajón de juego de Jonas unido a la necesidad que tendrá el equipo de correr y contrarrestar la superioridad numérica que siempre plantea el Barça en el centro del campo podría abrirle las puertas de la titularidad a Éver como enganche. Una solución a la que Unai ya ha recurrido en diversas ocasiones. Arriba no hay duda. El míster se interesó por el estado de Aduriz al final del entrenamiento y finalmente lo incluyó en la lista, pero la responsabilidad cara a puerta es para Soldado. Es la esperanza goleadora de un equipo que sueña con jugar y ganar esta noche su final de Copa. Hoy es día para creer en ellos.