Decía Sandro Rosell que, en lo que llevamos de año, la cosa arbitral no pinta bien para el Barça. Hoy, necesariamente, le tiene que pintar mucho mejor. El mensaje tuvo el efecto deseado porque su equipo debió jugar con diez hombres desde el minuto 17 y 30 segundos, cuando Pinto salió a frenar un avance de Soldado y le quitó el balón con la mano unos centímetros fuera del área. Pocos, pero suficientes. Ante la duda, el asistente del Sr. González hizo lo de siempre, evitarse problemas y beneficiar al poderoso. Y mucho, la expulsión merecida de Pinto era demoledora para las aspiraciones del Barça de llevarse un buen resultado. Con once jugadores sufrió en Mestalla, aunque al final tuvo las mejores ocasiones y pudo ganar. Con diez nunca lo sabremos. De momento, lo que sí sabemos es que la eliminatoria está abierta, en el aire, con cierta ventaja para el Barcelona, y que nadie le va a devolver al Valencia esos 75 minutos con superioridad en una semifinal de Copa. No es justo ni decente.