Aunque suena más fácil decirlo que hacerlo, el Valencia tiene que levantarse y volver a pelear. La eliminación copera ha sido un bajón, pero es pretérito. El equipo debe hacer frente a la situación con determinación y sacar fuerzas de donde no las hay porque ahora toca enderezar el rumbo en la Liga. En el Calderón se sacó un punto con fundamentos de tenacidad y firmeza, pero los preliminares frustrados ante Villarreal, Real Sociedad, Osasuna y Racing aconsejan a los valencianistas ganar al Sporting. Es un sí o sí porque la tercera plaza no está amarrada y rivales como Atlético, Athletic o Espanyol están por apretar. Es un sí o sí porque la afición y los jugadores necesitan el triunfo para suplantar la derrota y el pesimismo por pensamientos de fe y valor. Es un sí o sí porque en caso de pinchar otra vez, Unai Emery igualaría su peor racha de seis jornadas sin ganar en Liga desde su llegada al Valencia.

La intención de la plantilla es retomar la corriente competitiva con fuerza porque quedan batallas importantes por librar en dos frentes. El encuentro ante el Sporting debe marcar un punto de inflexión en distintos sentidos. Con la eliminatoria de Euroliga frente al Stoke City en el horizonte, sumar tres puntos desahogaría el panorama antes de volver al Camp Nou y recibir al Sevilla. Además, un final feliz reportaría confianza entre varios jugadores necesitados ánimo y tranquilidad. Es un partido para dejar la portería a cero y hacer varios goles. Restaurar la solidez y el instinto asesino. Para liberarse de la depresión.

Hay que ser valientes, Emery lo sabe: «A Mestalla hay que darle victorias y buen juego para que te corresponda». Las circunstancias del próximo rival hacen pensar en positivo, pero los antecedentes recomiendan precaución. Sus tres visitas anteriores al feudo valencianista desde su regreso a Primera en 2008 se han saldado con dos empates y una victoria, coincidido precisamente con la llegada de Unai. Esta vez hay un cambio importante, no estará Preciado y como señaló el entrenador del VCF: «Conviene no olvidar qué significaba Manolo».