Bastan unas pocas palabras de Tony Pulis, técnico del Stoke, para entender lo que significa este partido para un equipo así, que afronta este año su primera aparición europea en los últimos 37 años: «El año que viene el club cumplirá 150 años y en este tiempo no hemos tenido muchas ocasiones de decir que nos hemos enfrentado a uno de los mejores clubes europeos en el estadio Britannia», dijo. Pero no se trata sólo de este partido, «hay muchos seguidores que tienen muchísimas ganas de ir al partido en España y poder vivir una experiencia del ambiente allí».

Pulis valora la experiencia como «algo fantástico para la ciudad. Los partidos del jueves por la noche aquí han sido fantásticos, hemos creado un gran ambiente y hemos conseguido magníficos resultados. Podemos mejorar mucho lo conseguido hasta hoy con una victoria, la afición estará muy motivada porque saben que no somos los favoritos, y en este tipo de ocasiones es cuando nos crecemos más».

El técnico de los "potters" no podrá contar con el defensa Matthew Upson, que vio una tarjeta roja en el choque con el Besiktas turco en el último partido de la fase de grupos de la competición, y su puesto estará cubierto previsiblemente por Robert Hurth, que cumple tres partidos de sanción en la liga inglesa por una tarjeta frente al Sunderland.

Jonathan Woodgate y Danny Colilns también estarán a disposición de Pulis en el choque de este jueves, en el que el Valencia vuelve al Reino Unido después de caer en diciembre por 3-0 en Stamford Bridge frente al Chelsea y quedar apeado de la Liga de Campeones.

El conjunto de Pulis ha superado las expectativas que tenían puestas en una competición europea en la que no participaban desde 1974, pero viven un momento crítico en la Premier League.

El Stoke , que lleva únicamente tres temporadas en la primera división inglesa, ha perdido los últimos cuatro encuentros de liga, contra el Fulham, el Manchester United, el West Bromwich y el Sunderland, y ha caído hasta la segunda mitad de la tabla.