Como jugador del VCF Luis Milla ganó una Copa y estuvo presente en las finales de Champions. En plena madurez, entendió a la perfección la idiosincrasia del club, tanto, que puso fin a su carrera como blanquinegro. Acto seguido, se incorporó al organigrama técnico del club, su trabajo no fue del todo valorado y después de un productivo paso por el Puçol, entró como entrenador en las categorías de la Federación española. A los mandos de La Rojita conquistó los Juegos Mediterráneos de Almería y un par de Europeos, el último, el pasado verano en Dinamarca con la generación de Víctor, Parejo o Mata.

Ese torneo supuso la confirmación de Milla al más alto nivel. El turolense clasificó a España para las Olimpiadas y triunfó allí donde otros habían fracasado. Fiel seguidor de la escuela de toque española y amante de la filosofía de La Masía, mezcla bien su experiencia táctica. Le falta vuelo a nivel de clubes, pero Villar lo contempla como sucesor de Del Bosque.