«Es uno de los goles más bonitos que he marcado con el Valencia». Jonas no pudo ocultar su satisfacción. Su chicharro ante el Real Betis fue una auténtica maravilla. Lo fue por todo: por el control, por la forma de maniobrar cara a cara con su marcador, por su conducción con la cabeza levantada y por cómo colocó el balón en un punto imposible. «Tino me puso un buen balón, hice el uno contra uno, me fui a la derecha y la metí». Con esta sencillez, el brasileño volvió a dibujar la acción tras el partido en la zona mixta de Mestalla. Jonas dio forma viva a esa expresión empleada por los puristas en el arte del fútbol: «Un buen control es medio gol». En esta ocasión, así fue. El siete blanquinegro pinchó un balón largo en la esquina del área grande y lo convirtió en asistencia. Lo que sucedió después fue una exhibición de destreza, inspiración y sutileza. Jonas construyó un golazo desde la nada. Fue la mejor jugada del partido, el adorno que la parroquia necesitaba para no abandonar el coso valencianista con pesadumbre.

Jonas ultimó su reconciliación con una nueva diana. Desde que fue pitado ante el Mallorca ha mojado en cinco ocasiones: doblete en La Romareda, latigazo ante el Paris Saint Germain, golito en el derbi y este último ante el Betis. En sus propias palabras, uno de los cinco mejores que ha hecho defendiendo al Valencia, su séptima joya. Desde que estrenó su cuenta de goles en el viejo San Mamés, en el penúltimo día de febrero de 2011, el atacante no ha detenido su progresión. Aterrizó procedente Gremio como el goleador con las cifras más potentes de Brasil y en Valencia ha jugado en todas las posiciones de la vanguardia. Con Unai Emery intervinó como centrocampista ofensivo y ahora con Valverde se ha convertido en imprescindible ocupando el sector izquierdo del ataque. El Txingurri valora su regularidad, su capacidad para generar sociedades entre líneas, su cooperación en forma de asistencias y su disposición para el gol. Catorce ha recogido ya esta temporada. Cifras más que respetables. Jonas cumple de forma puntual y fiable.

Aquel tanto inicial en La Catedral fue especial, pero el primer gol del que guarda un gran recuerdo fue el que hizo ante la Real Sociedad en Mestalla. En su estreno en casa demostró que la cabeza la utiliza indistintamente para pensar y rematar. Un testarazo todo potencia. En su colección de favoritos resulta imprescindible el que marcó ante el Sevilla en Copa del Rey. La zona de disparo, el golpeo y la trayectoria que tomó el balón recuerdan mucho a las del Betis, aunque la jugada tuvo un origen diferente, comenzó con un saque de esquina y tras un momento de confusión, Jérémy Mathieu hizo llegar el balón a Jonas, que recortó a Negredo y la puso con rosquita buscando el palo largo, imposible para Palop. Roscazo, que además encarriló la eliminatoria copera. La tercera joya corresponde al célebre partido de Liga de Campeones en el que consiguió el segundo tanto más rápido de la competición. Once segundos le bastaron para abrir el marcador ante el Leverkusen en Mestalla. Sacó de centro el equipo alemán, fue reculando hasta el portero. Leno quiso despejar y regaló el balón a Jonas en la corona del área. El brasileño golpeó con la izquierda, bien colocado, raso, suavecito, pegado al palo. Una jugada plena de calidad e inteligencia. El siguiente gol con relevancia personal llegó ante el Villarreal, también en Mestalla. Más allá de la rivalidad, Jonas disfruta recordandolo por la maniobra que completó dentro del área. De delantero centro puro de área. Se quitó a Gonzalo de encima con un control orientado con el pecho y tras un bote, estrujó el cuero.

Domina todos los registros. Dos de los más expresivos han llegado desde fuera del área, contrastando que es un especialista desde media y larga distancia. Jonas también puede resolver sacándose un cañonazo de la chistera, en este caso de su pierna derecha. En la noche de la presentanción ante el Tottenham, fulminó a Friedel con un golpeó seco desde 30 metros que fue como un misil a la escuadra. Lujo en la misma cara del galáctico Bale. Y hace un par de semanas, en el Parque de los Príncipes, hizo soñar a todos los valencianistas con que la remontada ante el PSG no era un imposible. Fue un trallazo desde la frontal del área. Puro extasis.

Momento de plenitud

Jonas es uno de los futbolistas en plantilla con más mercado. Lógico. No es sencillo encontrar un segundo delantero con sus cifras. En plena madurez, el atacante es un profesional plenamente asentado y centrado. Va a ser padre y con 28 años encara la época de plenitud máxima. Su padre es el hombre al que dedicó el golazo ante el Betis. Bien rodeado por su familia y hogareño, su prioridad es la estabilidad. No desea moverse de Valencia. Ya llegará la hora de volver a Brasil.