Un 19 de mayo de 2004 un equipo hizo historia. Y lo hizo tras conquistar la UEFA Cup, título que se unía a la Liga lograda en Sevilla tan solo diez días antes. Ese Club era el Valencia CF, que logró un doblete histórico que en esta temporada a punto de nacer la entidad desea recordar en su décimo aniversario de la hazaña. Y lo inmortaliza, en un soporte inmejorable, dedicado a la afición, en la nueva y espectacular imagen del pase de temporada, un documento para guardar siempre. En el abono podemos observar las manos de los jugadores valencianistas alzando ambos títulos y un exclusivo diseño en el que se incluye un cuño que simboliza el X aniversario del doblete con las figuras de la Liga y la UEFA Cup.

El sueño para todo el valencianismo empezó con el título de Liga. Y eso que la campaña empezó de forma un tanto irregular, ya que los nuestros empataron en casa ante el Real Valladolid. Pero a partir de ese momento el conjunto de Rafa Benítez encadenó seis victorias consecutivas ante Osasuna, Sevilla, Atlético de Madrid, Real Madrid, FC Barcelona y Espanyol, en lo que fue una racha espectacular y todo un golpe de autoridad sobre la mesa. Luego llegó un periodo un tanto irregular en lo que a resultados se refiere, tanto que el líder, el Real Madrid, llegó a estar ocho puntos por delante de los nuestros, algo que hacía que la conquista del título pareciera imposible. Pero nada es imposible para el Valencia CF, que alentado por su afición empezó a recuperar posiciones y encadenó de nuevo seis victorias consecutivas, esta vez ante Deportivo de la Coruña, Celta de Vigo, Racing de Santander, Mallorca, Murcia y Zaragoza. Este último triunfo ante los maños supuso la vuelta al liderato, posición que ya no se abandonaría hasta el final de temporada. El 9 de mayo llegó el día decisivo. Esa jornada el Valencia CF visitaba al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjúan con la posibilidad de proclamarse campeón tras los pinchazos de Real Madrid y FC Barcelona. Para ello debían ganar el partido, y la lección fue tremenda. Los nuestros supieron sobreponerse a la presión para realizar un soberbio partido, imponerse por 0-2 con goles de Vicente y Baraja y proclamarse campeones de Liga para llevar la locura a la afición. Una afición que todavía no podía imaginarse lo que estaba por venir.

Y es que solo diez días después el capitán valencianista, David Albelda, volvía a levantar al cielo un título, esta vez el de la Copa de la UEFA en Göteborg. Pero si espectacular fue esa final, no menos espectacular fue el camino hasta llegar a ella. En las rondas previas los nuestros se deshicieron de AIK Solna, Macabbi Haifa y Besiktas. En octavos de final le llegó el turno al Gençlerbiligi, al que se eliminó tras una angustiosa prórroga de plata. La afición se enganchaba y empezaba a creer en el título, sobre todo al ver como el equipo de Rafa Benítez se deshacía con facilidad del Girondins de Burdeos en los cuartos de final. Las semifinales fueron un momento histórico para el fútbol valenciano, ya que el rival era el Villarreal, al que se eliminó tras una apretada eliminatoria y un gol de Mista en el partido de vuelta. Solo quedaba un rival en el camino hacia el título: el Olympique de Marsella. La fecha, 19 de mayo. El lugar, Göteborg. El destino, hacer historia con el doblete. Y se hizo historia. Vicente abría la lata al transformar un claro penalti cometido por Barthez, que vio la roja. Y Mista cerraba la cuenta al culminar un perfecto contraataque. El Valencia CF se proclamaba campeón, y ahora sí la afición daba rienda suelta a toda su emoción.

La llegada al aeropuerto, inolvidable. Ese apoyo de la afición, que abarrotó las calles para celebrar el doblete, difícil de explicar. Y es que esos días se demostró lo que es el valencianismo: una emoción científicamente inexplicable.