Mikey se reconoce entre el ´Amunt València´ y el ´God Save the Queen´. De padre madrileño y de madre británica, el juvenil Michael Wayne Fernández Greenwood es nacido en Bratford (Inglaterra) y criado en Benidorm. Este extraordinario mestizaje determinó un perfil de futbolista atípico en las categorías inferiores del futbol español. Mikey es un ´todocampista´, un jugador con ratio de acción en las dos áreas, aunque él se considera «más Baraja que Albelda». Lleva el ´8´ a la espalda como el ´Pipo´ y a sus órdenes se ha consolidado en División de Honor. El rendimiento y las características del alumno aventajado de Baraja, que tiene la doble nacionalidad, captó la atención de la selección inglesa, que lo ha reclutado para el combinado Sub´18.

Los técnicos de la Football Association han estado siguiendo sus progresos en el Juvenil pero fue en Mallorca, hace apenas unos días, cuando comprobaron ´in situ´ las cualidades de Mikey, aprovechando su comparecencia con la selección autonómica valenciana. «Estuve hablando en inglés con el seleccionador, Barry; estaba muy contento y acepté la propuesta», comenta el joven futbolista, que ha tenido que hacer un ´curso intensivo´ con su madre porque todavía no domina el idioma. Acompañado por su padre, el pasado domingo tomó un vuelo con destino Inglaterra y atravesó las primeras pruebas médicas. Ayer por fin se vistió de corto y volverá mañana tras realizar una serie de entrenamientos.

Sus primeras impresiones en St. George´s Park, el centro de F. A., son positivas: «Aquí el fútbol es muy distinto, te dejan pensar con el balón». Mikey está satisfecho y pelea con la ilusión de disputar la próxima Ronda Elite de la categoría que se disputará en unos meses. «Para mí es todo un orgullo, es la primera vez que me llama una selección nacional», explica, y reconoce que si algún día tuviese que escoger entre la Roja y la selección inglesa «no lo tendría claro»: «Tengo el corazón dividido, me siento igual de español que de inglés, no lo tengo pensado... Con el día a día lo pensaría».

Su llegada fue una apuesta

Con tan sólo 17 años ya ha pasado por canteras como la del Villarreal o el Barcelona. «Cuando tenía 10 años» „todavía era alevín„ «me llamó Guillermo Amor y estuve probando un tiempo en el Barça pero terminé por volver, todavía era muy pequeño», relata. El Valencia se lanzó a contratarlo cuando jugaba en el Hércules en su primer año de juvenil pero no quedaba sitio en la residencia y el club no lo veía del todo claro. Entonces, su agencia de representación, Parri&Asociados, apostó fuerte y le buscó una familia con la que vivir en Valencia y que pudiera ir al instituto. Mikey recuerda con gratitud aquella experiencia que compartió con Mari Carmen, Juan Pedro, Sergi, Pablo y el también juvenil Álvaro Pérez. Es su mejor momento.