Peter Lim Eng Hock tiene 60 años y un sueño que está a punto de cumplir: ser propietario de un club grande de Europa. Lo intentó con el Liverpool y también con el Atlético de Madrid, con el que llegó a posar tras ganar la última Copa del Rey, ahora está a un paso de conseguirlo con el Valencia CF. Es un apasionado del negocio del fútbol y socio del agente Jorge Mendes y Peter Kenyon, dueños de la empresa Quality Sports Investment.

Lim tiene una de las mayores fortunas de Singapur, pequeño país asiático cuya renta per capita está entre las diez más altas del mundo. Es un millonario de origen humilde, hijo de un vendedor de pescado que decidió marcharse a Australia, donde se pagó los estudios trabajando de cocinero, camarero y taxista hasta graduarse en contabilidad. Su buen ojo para los negocios le permitió enriquecerse muy deprisa en bolsa, primero como agente comisionista y después como inversor.

Actualmente es accionista del holding FJ Benjamin, que explota la venta ropa de grandes firmas internacionales. Es también socio de la cadena de clínicas privadas Thomson Medical y ha desarrollado diferentes proyectos inmobiliarios y urbanísticos en Singapur y Malasia a través de su empresa Rowsley. También tiene la explotación de bares del Manchester United en Asia y parte del equipo McLaren de Formula Uno. Su fortuna está estimada por la revista Forbes en más de 2.000 millones de dólares.

El pasado mes de diciembre hizo su primera oferta para comprar el club, cuando se desplazó hasta Valencia para reunirse con la Fundación, Bankia y la Generalitat Valenciana. Desde entonces su actividad en el mundo del fútbol ha sido frenética, en el pasado mes de enero se hizo con los derechos de tres futbolistas del Benfica, Rodrigo, Garay y André Gomes, además se filtraron en Italia sus contactos con el Milan para entrar en el accionariado de la sociedad propiedad de Silvio Berlusconi.