Cuando Adil Rami aterrizó en Valencia el pasado martes por la mañana procedente de Marsella, tenía claro que su estancia no se prolongaría más que unas pocas horas en las que aprovecharía para cortarse el pelo y visitar a algunos de sus viejos amigos mientras su novia, la llamativa modelo Sidonie Biemont, disfrutaba de la ciudad en compañía de su particular séquito. Sin embargo, dispondría de suficiente tiempo como para añadir el penúltimo capítulo a su amplio historial de excentricidades. Fascinada con la ciudad desde el primer día, fue ella quien decidió hacer una parada en Valencia antes de desplazarse a Barcelona, donde el futbolista tenía previsto tomar un vuelo con destino a Marruecos para disputar un torneo amistoso con el Milan.

No estuvo ni 48 horas en la ciudad, pero su presencia no pasó desapercibida. Tras unas horas de reencuentros con los suyos, Rami decidió ejercitarse un poco para no perder la forma y bajó al cauce del río Turia. Estuvo realizando carrera continua, pero la práctica del jogging no colmó sus expectativas, ni mucho menos. Eso hubiese sido demasiado previsible. El central franco-marroquí se caló un gorro, se parapetó tras unas gafas de sol para tratar de pasar desapercibido y se integró en un grupo de jóvenes de diferentes nacionalidades para jugar unas pachangas desoyendo a los códigos de régimen interno del Milan. Un comportamiento que, por anécdotico que puede parecer, no deja de ser un gesto de rebeldía que pone en riesgo su estado físico.

En efecto, todos los clubes tienen estipuladas multas para sancionar este tipo de comportamientos en su código de régimen interno. En el Valencia, por ejemplo, los futbolistas no saben a qué multa se exponen exactamente, pero son conscientes de que si cometen este tipo de acciones, serán castigados con severidad. El miércoles de esta semana fue su último día en Valencia, así lo anunció en su cuenta de Twitter con aires de mofa: «Ciao, un gran día en Valencia. Esta noche dirección a Barcelona #aValenciasoloporeltiempo #amigos #nadamás». Siempre que tiene la oportunidad, Rami comenta con absoluta convicción que quiere quedarse en el Milan la próxima temporada. No quiere ni oírse hablar de volver al Valencia y así se lo reitera a Ernesto Bronzetti, su representante.

La relación Bronzetti-Lim

Uno de los mensajes que le traslada Bronzetti a Rami cuando charlan sobre el futuro del futbolista gira en torno a la relación de estrecha confianza que mantienen el representante y Peter Lim desde hace tiempo. El italiano, que tiene mucho peso en la organización del Milan, está convencido que la postura de las tres partes „Valencia, Milan y Rami„ favorece que las negociaciones terminen llegando a buen puerto. El club de Mestalla no cuenta con él, él no quiere volver y el Milan está interesado en mantenerlo en la plantilla después de estos seis meses de cesión. Así las cosas, le insiste al futbolista en que esté tranquilo, que remate los últimos compromisos pre-veraniegos y disfrute de sus vacaciones, que antes o después el club lombardo llegará a un acuerdo con el Valencia. El Valencia ya ha rechazado una oferta de Galliani por valor de 4 millones de euros, pero las posturas no están tan alejadas. Acaba contrato en 2015 y el próximo martes, según se apunta desde Italia, podría tener lugar una reunión decisiva.