Encontrar una solución al tema Porxinos es en estos momentos el punto sobre el que gira la venta del Valencia CF al empresario de Singapur Peter Lim, un problema difícil porque sobre una sentencia que ha de emitir el Tribunal Supremo gravitan unas responsabilidades que pueden llegar en el peor de los casos hasta los 168 millones de euros, que es montante total de esa operación urbanística ideada en su día por el Consell y el Valencia CF en colaboración con el ayuntamiento de Ribarroja.

El presidente del Valencia se marchó este lunes a Madrid, donde tenía una reunión en el BBVA con las inmobiliarias que participan en la urbanización del PAI de Porxinos, y de allí tiene previsto volar hasta Alemania para participar en la presentación oficial de la nueva camiseta y del acuerdo entre el club y la firma Adidas. El número de billetes que hay reservados en ese vuelo se desconoce, el club trabaja en los últimos días para que Salvo se presente en la sede de la marca alemana con alguno de los fichajes de Peter Lim para el Valencia, aunque no está claro que lo consiga porque en la tarde de ayer los contratos de André Gomes y sobre todo Rodrigo Moreno todavía no estaban firmados.

"Tras la reunión mantenida entre todas las partes con motivo del asunto Porxinos el Valencia CF desea manifestar que el resultado de la misma ha sido satisfactorio y que en la misma se han acercado posiciones de cara a una solución definitiva. En las próximas fechas habrá nuevas reuniones en busca de seguir avanzando. El Club quiere resaltar la buena predisposición de todas las partes, al tiempo que muestra su optimismo respetando la salvaguarda jurídica indispensable en un proceso como éste". Es el comunicado que hacía llegar el Valencia CF una vez finalizada la reunión en la que Salvo busca las máximas garantías posibles de que una vez conocida la sentencia el inversor y el Valencia queden al margen de toda responsabilidad.

El "pelotazo" de Porxinos, tal como lo definió en su día Juan Bautista Soler, acabará siendo una pesadilla si no se encuentra una solución sea por la vía urgente, la que llevaría a un pacto con los bancos implicados para permitir la venta y seguir adelante con el proyecto, o a largo, porque tanto el Valencia como el ayuntamiento de Riba-roja están convencidos de que con tiempo se podrían solucionar las deficiencias que llevaron a la suspensión del PAI y que finalmente se pueda aprobar la urbanización de la zona. Se trata del informe hidrológico y del defecto de forma al haberse adjudicado directamente el proyecto a la empresa Litoral del Este (Valencia CF) sin consurso.

Salvo trata de convencer a los bancos propietarios de los terrenos, fundamentalmente BBVA y Caixabank, de que esto finalmente será así y en el futuro no habrá lugar a reclamaciones de niungún tipo, pero ha de arrancarles un compromiso para entregarlo a Peter Lim y poder cerrar la venta. Seguirán trabajando en ello durante toda la semana tanto Salvo como el consejero Salvador Martínez, que se desplazó también a Madrid para negociar con los bancos.

Mientras, en Madrid negociaban también Bankia y Meriton las garantías personales y bancarias para cerrar la operación que refinancia las deudas de la Fundación y el Valencia CF, muy cerca ya del acuerdo que estaría a expensas de la solución a Porxinos y el coto final del Patronato. Todo a contra reloj, porque el fútbol no espera y el Valencia necesita con urgencia la estabilidad financiera y el proyecto que ahora mismo solo le puede dar el empresario de Singapur. La cita fue en la sede del BBVA con todas las inmobiliarias (bancos) implicados y a la misma asistieron también abofgados de Meriton Holdings, empresa de Peter Lim que compra el Valencia.

El BBVA es el principal damnificado por la posible anulación de la urbanización de Porxinos. Se quedó en su día con los derechos de edificabilidad después de la suspensión de pagos de la empresa Nozar, que se los había comprado al Valencia siendo presidente Juan Soler en una gestión realizada por Vicente Soriano que reportó importantes beneficios, más de ochenta millones de euros que se emplearon en parte en iniciar las obras del Nou Mestalla.