Bruno Zuculini y Rodrigo de Paul mantienen una relación especial, se conocen de toda la vida. Ayer, cuando fue presentado, evocó el momento en el que vio el sobre con el escudo del Valencia: "¡Aquí viene Rodri, aquí viene Rodri!". Coincidieron por primera vez siendo niños, corría el segundo semestre del 2000 y por aquel entonces uno tenía 8 años y el otro 7. Acababan de ingresar en las inferiores de Racing, un club histórico en Argentina que se resuelve en múltiples disciplinas. Zuculini, que es un año mayor que De Paul, daba sus primeras patadas al balón con el resto de chicos de la generación del ´93, la más joven que había entonces en el club.

La del ´94, a la que debía pertenecer De Paul, ni siquiera se había formado todavía, por lo que compartieron su primer año de fútbol. Han crecido juntos y a ambos les une un anecdotario casi inacabable. Hablan a diario y son como hermanos. Tras su marcha de Racing, se reencuentran en Mestalla para conquistar Europa.

Cuando Rodrigo de Paul ingresó en las inferiores de Racing era tan pequeño que era prácticamente inservible sobre el césped y lo mandaron a la portería. Sus primeros pensamientos relacionados con el fútbol fueron como guardameta y de vez en cuando se dormía apoyado en el poste o pedía al árbitro que parara el partido para poder escaparse al servicio. Zuculini no escatima en bromas a la hora de recordar aquella etapa. Por aquel entonces, ambos eran prácticamente idénticos. Rasgos similares y el mismo corte de pelo. El padre de ´Zucu´ un día quiso sacar una fotografía para el recuerdo de su hijo menor, esperó en la banda cámara en mano y cuando se acercó, disparó la foto. Cuando fue a la casa de revelados y la imprimó, vio que no era su hijo el que salía, sino su colega Rodrigo.

Obviamente, se la regaló. Ellos se lo toman a broma y todavía hoy día son dos chicos que, a primera vista, son difíciles de diferenciar con absoluta nitidez. "Yo pienso que nosotros no nos parecemos tanto como dicen", comenta sonriéndose De Paul en unas declaraciones tomadas en su país la temporada pasada. Conforme fueron cumpliendo años, fueron avanzando categorías y el vínculo no hizo más que estrecharse cada vez más. Se recobraron el uno al otro en el primer equipo de Racing y formaron una sociedad bastante prolífica: la temporada pasada Zuculini fue el máximo goleador de su equipo en el Apertura con 4 tantos en los que participó casi siempre De Paul.

Ya no son tan niños, pero las bromas se mantienen incólumnes al paso del tiempo. Ya como futbolistas de elite, en Argentina disfrutaban casi a diario con su pasatiempo favorito: confundir a los hinchas cuando salían con el coche de las instalaciones de Racing. "En el coche, cuando salimos, muchas veces a él le dicen Zucu y a mí Rodrigo", explica Bruno. Los dos valencianistas proponían un juego a los seguidores más jóvenes: "Si adivinás quién es Zucu y quién es De Paul, te regalo una camiseta". Su conexión va más allá de los límites del terreno de juego. Cada vez que Zuculini se deja el teléfono sobre la mesa, a Rodrigo se le enciende una luz en su cabeza: cogerlo y gastar alguna broma. En una de ellas, se adentró en el whatsapp de ´Zucu´ y escribió a todos sus contactos: "Soy el mejor ´5´ de la Argentina".

Comparten la misma meta

En las instalaciones de Racing, de camino a la sala de prensa hay colgada una fotografía del equipo campeón de 2001. Fue el equipo que ellos vieron jugar cuando empezaban en las inferiores de Racing cuando todavía eran unos niños y sueñan con ser campeones como ellos. Comparten el mismo sueño y ,por qué no, puede llegar a producirse en Mestalla. Las aventuras de Rodri y Bruno continúan.