Si hacía falta un gesto que confirmase la proyección de José Luis Gayà, se produjo este pasado sábado sobre el césped del Sánchez Pizjuán. El de Pedreguer jugó su segundo partido oficial entero después del de la pasada temporada ante el Atlético de Madrid y brindó a Nuno Espírito Santo suficientes argumentos como para volver a confiar en él. Fue, ni más ni menos, su comparecencia más afinada con el primer equipo. «Le tengo que agradecer a Nuno que me haya dado la confianza de ponerme en el primer partido de Liga», comentaba con una sonrisa en el rostro minutos antes de tomar el vuelo de vuelta a Valencia. Se mostraba satisfecho, pero todavía lamentaba la ocasión que dispuso Piatti en la primera parte: «Si llegamos a meter ese gol... El partido hubiese cambiado... ¡Yo lo he visto dentro!», decía.

El balón se paseó por la línea de gol después de pegar en la cara interna de los dos postes y Gayà, que es todo un ganador, no se lo podía quitar de la cabeza. Después, vino la expulsión de De Paul. «Yo no entiendo qué pasa», comentaba el futbolista, «pero siempre pasa algo en el Pizjuán. Hoy por lo menos ha pasado algo positivo, que ha sido este empate que casi no lo esperábamos ya». Tras la expulsión, el equipo apretó y el empate fue «totalmente merecido». El equipo, a sus ojos, «nunca bajó los brazos», ni siquiera cuando se quedó con un jugador menos. «Nos hemos mirado y hemos dicho ´vamos a estar juntos y vamos a intentar meterles un gol´, y así ha sido». El Sevilla se echó atrás y entonces llegó el gol de Orban.

En el descanso se produjo una charla que recompuso los ánimos de la plantilla de cara al segundo tiempo: «Nuno nos dijo que quedaban 45 minutos y que estaba convencido de que íbamos a dar la vuelta al resultado. La verdad es que entramos al vestuario un poco hundidos y él nos levantó. Él estaba muy seguro y pudimos empatar». Para el canterano Gayà la clave de la reacción estuvo en «jugar por abajo, a estos equipos tan físicos en el centro del campo tienes qu eintentar movelros por abajo».

El chico se marchaba satisfecho de Sevilla. José, como lo llaman sus amigos y su familia, tiene una facilidad innata para elegir siempre la opción correcta. Es el talento más académico de las categorías inferiores del Valencia y posee un altísimo grado de madurez dentro y fuera del terreno de juego que lo deslizan como la apuesta más inmediata de la casa, siguiendo los pasos de sus amigos Alcácer y Bernat. «Yo siempre intento hacerlo bien y demostrar», considera, «estoy contento, haciendo bien las cosas, pero pienso que todavía tengo que mejorar en muchos aspectos. Si tengo confianza, naturalmente, voy a mejorar más todavía». Su progresión es también un modelo para otros canteranos como Jaume o Rober.

Cada vez que juega lo hace con descaro y con madurez y tiene clara su filosofía: «Soy de los que piensa que en el fútbol el DNI no importa y en el terreno de juego lo que hay que hacer es jugar». Antes del comienzo del partido ante el Sevilla sintió algunos nervios, era inevitable... «Es normal tener nervios porque te ves como titular en el Valencia con tan solo 19 años, pero eso no te puede descentrar», explica. Y de hecho no le descentró. La clave estuvo en pensar que es «un partido normal, es difícil porque la gente aprieta pero yo respondí bien y esta es la línea a seguir».

El carrilero se desenvuelve con la misma naturalidad ante los micros que sobre el césped. Sabe por la influencia de su padre que el día que la humildad y el día a día son el mejor camino para seguir creciendo y el día que no se comporte con naturalidad, las cosas cambiarán. Cuando finalizó el partido, la primera llamada que hizo fue, efectivamente, a su padre: «Siempre pienso mucho en él, y en mi madre también. En mi familia, en general. Ellos han visto el partido y también han sufrido mucho». También había mensajes de sus amigos, que no habían podido acudir a Sevilla, pero habían visto el partido por la televisión. «Son todos del Valencia, lo viven al máximo», argumenta.

El del Pizjuán no fue un partido más para Gayà. El joven futbolista de Pedreguer se desempeñó, primero como lateral izquierdo y en el último tramo del encuentro, tras la entrada de Orban, como interior. Y es que la versatilidad es una de sus mejores cualidades. Nuno sabe que puede aprovecharlo en ambas demarcaciones, tal y como hace habitualmente en la selección española y como ha venido haciendo tantos años en las categorías inferiores del club. Tácticamente, Gayà es más completo que Bernat y Jordi Alba.