"Yo he sido socio del Real Madrid". Aunque parezca una frase sin más importancia, la cosa adquiere otra dimensión cuando la persona que la dice es ni más ni menos que uno de los tres miembros del Comité de Competición. Lo admitía sin tapujos el vocal Pablo Mayor Menéndez, abogado del Estado en excedencia, a su llegada al estatuto sancionador hace ya algunos años. Mayor Menéndez, hijo de un importante político de la UCD en la época de la transición y director general de la UNESCO, fue designado por consenso entre la LFP y la Real Federación Española de Fútbol. El madridista y sus dos compinches no han tenido ningún tipo de problema a la hora de saltarse el acta del colegiado a la torera y rearbitrar la acción para imponerle al valencianista Rodrigo De Paul una sanción ejemplarizante.

Un castigo que se resuelve como un mensaje de aviso para todos y cada uno de los futbolistas y clubes de la Primera División del fútbol español. No tiene ninguna otra explicación posible. Con el acribillamiento a Rodrigo de Paul, el Comité de Competición establece una sanción que siente precedente y que deje constancia de la severidad con la que se va a emplear „veremos„en jornada próximas, aprovechando que estamos en el inicio del campeonato. Sin embargo, llama especialmente la atención que entre el ´Caso De Paul´, que por poco se las ve con un delito de cárcel, y otros episodios de nuestra Liga media prácticamente un abismo. Rodri propinó sin intencionalidad un manotazo al sevillista Aleix Vidal, que trataba de pararlo como fuese, agarrándolo de la camiseta como si le fuera la vida en ello.

Este sangró a chorros a la altura del pómulo y ante ese escenario, Del Cerro Grande resolvió sacar la roja a pasear. Curiosamente, en la misma jornada se produjeron hasta dos acciones que tuvieron un desenlace bien distinto. Y precisamente, en el mismo partido. Los dos jugadores del Málaga Duda y Antunes fueron expulsados en el encuentro frente al Athletic y acarrean una sanción de dos y un encuentro, respectiamente. En el caso de Duda se puede observar como el jugador portugués, después de un lance, se regira, se encara al contrario y lo empuja con violencia. Obviamente, es una acción intencionada, no es una acción del partido. Sin embargo, el Comité lo ha dejado en juego peligroso: de uno a tres partidos de castigo.

Cuesta creer cómo esta decisión, tomada el mismo día, en el mismo momento y por las mismas personas, que la de De Paul es diametralmente opuesta a la del joven centrocampista argentino. En lo tocante a la intencionalidad y, sobre todo, en cuanto a la trascendencia del castigo. Apenas unos días antes, en la final de la Supercopa, el madridista Cristiano Ronaldo propinó dos puñetazos en la misma jugada al central atlético Diego Godín que tendría que haber sido juzgado por agresión... Sin embargo, nada de nada. La vista gorda. Solo vio la cartulina amarilla y el Comité no entró de oficio. Y es que hay clubes que con un somero repaso a los últimos acontecimientos es fácil apreciar que disponen de un trato favorecedor en este tipo de situaciones. El propio atacante portugués del Madrid ya salió beneficiado del trato dispensado por parte del Comité de Competición.

Ocurrió tras un partido en el que el club blanco se enfrentó al Málaga y en una acción en la que Cristiano tuvo una refriega con Mtiliga le fracturó los huesos propios de la nariz. El madridista, harto de la presión del jugador del Málaga, soltó de forma inequívoca un codazo hacia atrás, consciente de que iba a cazar a Mtiliga, que tuvo que estar hasta tres semanas de baja.

El Comité lo vio claro: juego peligroso y solo tuvo que perderse un partido. Posteriormente, Mourinho, sin más aspavientos, se acercó a Tito Vilanova mientras bullía una tángana entre futbolistas y le metió el dedo dentro del ojo. Entonces, obviamente, fue sancionado. Pero antes de que cumpliese con el castigo, Villar aplicó una ´medida de gracia´ y lo indultó. ¿Cuándo han indultado al Valencia...? Nunca. Hay un dato que resalta la gravedad del asunto, y es que cuando al zaguero del Madrid Pepe le dio por pisar, patear, empujar y pellizcar a Casquero, entonces jugador del Getafe, el Comité lo sancionó con diez partidos. ¿Realmente Rodrigo de Paul ha hecho méritos para ser castigado con la mitad de su castigo?