Hay muchas cosas que mejorar en el proyecto del futuro Nou Mestalla antes de reiniciar las obras. Es una conclusión a la que ya habían llegado los dirigentes del Valencia CF y que se hizo más evidente todavía después de la visita de Peter Lim el pasado 25 de octubre. Las modificaciones en que ya trabajan los técnicos van destinadas a mejorar la rentabilidad por metro cuadrado a la hora de comercializar determinadas zonas del estadio, especialmentte la destinada a los palcos privados, unas deficiencias que no pasaron inadvertidas para el ojo clínico del inversor. No es casualidad que su primer punto en el orden del día en su primera visita a Valencia fuera ver el estado en que se encuentra el estadio.

En el Valencia el futuro estadio siempre se ha contemplado como un auténtico motor económico y no lo es menos en los planes de Meriton. Lógicamente hay cosas a las que ya se llega tarde, porque la estructura está prácticamente terminada, pero para todo lo que estén a tiempo se harán los cambios que sean precisos para que además de ser un estadio cómodo y moderno sea lo más rentable posible comercialmente. Uno de los objetivos prioritarios es mejorar la disposción y la visibilidad de los palcos destinados al alquiler o venta.

La primera maqueta del Nou Mestalla se presentó hace exactamente ocho años y desde que se paralizaron las obras el proyecto ha ido sufriendo modificaciones para reducir costes. Primero, siendo presidente Manuel Llorente se habló de suprimir la cubierta. Después, ya con Salvo, de eliminar las tres mil plazas de aparcamiento. Hace un año el propio Salvo y Mark Fenwick presentaban una última propuesta según la cual se reducía considerablemente el aforo, de 75.000 a 61.500, con la consiguiente reducción también del coste. Aaquel era el proyecto con el que se buscaba campar financiación para acabar el estadio, aunque todo apunta a que se le va a dar una vuelta de tuerca más para que sea el mejor proyecto posible en las circunstancias actuales.