Decía el preparador físico Antonio Dias que Nicolás Otamendi se había convertido en todo un ejemplo para el vestuario. Tenía la ventaja de conocerle de sus años en el Oporto y el tiempo le está dando la razón. Sus conductas y comportamientos son cada vez más influyentes para la plantilla. El argentino personifica el valor del liderazgo. Así se lo ha enseñado el club a los canteranos de la Academia a través de un vídeo y así lo demuestra día a día. Volvió de su Selección un día antes de forma voluntaria o dio la cara delante de Nuno por compañeros suyos como De Paul. Su última muestra de compromiso es su esguince de tobillo.

"Déjenme en la cancha un poco más por favor, aguanto", decía Otamendi cuando era atendido el domingo en la banda. Al argentino nunca se le pasó por la cabeza abandonar. Sentía dolor, pero sabía que la única forma de aguantar era volver a salir para que el tobillo no se enfriara. Hasta dos veces durante el partido le preguntaron los médicos desde el banquillo si estaba capacitado para seguir. "¿Sigues? ¿Bien?", preguntaban incrédulos los médicos. Nico hizo el gesto con el pulgar derecho de su mano levantado hasta dos veces. El sacrificio fue tan brutal como sus efectos. Los médicos hace tiempo que no veían una "bola" de tobillo tan inflamada y grande como la de Otamendi. El internacional argentino no necesitó muletas para abandonar el campo, pero iba totalmente cojo. El cuerpo médico ya está acostumbrado al poderío físico del central, pero desconocía su umbral de dolor y fortaleza mental para jugar sabiendo el estado del tobillo y sus consecuencias. De hecho, dentro del vestuario se tiene el convencimiento de que "cualquier otro jugador no lo hubiera soportado".

Otamendi sorprendió en el partido contra el Barcelona y lo sigue haciendo en la ciudad deportiva de Paterna con su recuperación. El lunes se le diagnosticó un esguince de grado 1/2 en el tobillo izquierdo y ayer ya estaba ejercitándose en la gimnasio. Saltaba, corría de forma lateral, frenaba y arrancaba a los ojos del doctor Albors. Las sensaciones son buenas, la progresión es mejor y los planes del futbolista pasan por llegar a tiempo al domingo en Los Cármenes. El argentino se manifestó en redes sociales: "Trabajando duro para poder estar lo más pronto posible con el equipo". Para Nicolás, Granada es posible.