Paco Alcácer está hundido. El delantero del Valencia atraviesa uno de sus peores momentos deportivos en su carrera profesional. La culpa la tiene la caprichosa expulsión de Hernández Hernández en Los Cármenes que le privó de ayudar al equipo a mantener la ventaja en los minutos finales y, por si fuera poco, no le permitirá jugar el próximo sábado contra el Rayo en Mestalla. Su cara de indignación en el Aeropuerto de Granada y en el entrenamiento en la ciudad deportiva de Paterna hablaba por sí sola. Aunque el de Torrent no pierde la esperanza de estar a disposición de Nuno contra los vallecanos. Tampoco el club. Los servicios jurídicos del club valoran hoy el recurso a su injusta tarjeta roja. La entidad hará todo lo posible para hacer justicia, recuperar un efectivo tan importante como él y levantar los ánimos del jugador. Algo que empezaron a hacer los técnicos, compañeros de vestuario y el propio Rufete al final del encuentro y durante el viaje de vuelta. Todos están con Paco.

Alcácer tardará en olvidar la noche posterior al partido en Granada. El equipo no voló al domingo a Valencia, hizo noche en la ciudad nazarí y el delantero no pudo parar de darle vueltas a su injusta expulsión en la habitación del hotel de concentración. Después de la marcha de Mathieu, Piatti es el nuevo compañero de habitación de Paco. El argentino intentó animar a Paco igual que hicieron el resto de miembros de la expedición. Rufete fue uno de los que estuvo más cerca de camino a Valencia. El Mánager General sabe lo que es sufrir una decisión arbitral injusta en sus carnes y tranquilizó y arropó al jugador.

Paco sigue sin entender los motivos de su expulsión en el minuto 85 después de ser agredido por Juan Carlos. Hernández Hernández dejó claro su doble rasero para medir la acción tanto en el césped como en el acta arbitral. «Golpear con el brazo en la cara de un adversario de forma temeraria en el disputa del balón» solo es amarilla para el defensor del Granada. «Golpear con el brazo en el cuerpo a un adversario, con uso de fuerza excesiva, en la disputa de balón» es roja para Paco. Es la primera expulsión para el internacional del Valencia en su carrera deportiva como profesional. Se había perdido partidos por acumulación de amarillas, pero nunca por una roja. Ni en el Valencia ni en el Getafe. Todos con Paco.