Con el 2015 se abre de nuevo el mercado de fichajes, pero una vez asegurada la estabilidad del proyecto con la compra de las acciones por parte de Peter Lim llega también un periodo que va a ser clave para completar la profunda renovación de la plantilla que comenzó hace un año el Valencia, justo después del nombramiento de Francisco Joaquín Rufete como Mánager General Deportivo. Acaba 2014 con una operación en marcha y en su fase final como es la de Paco Alcácer, en la que el club y sus representantes llevan meses de negociaciones, pero 2015 es un año importante también porque es el momento de acometer las renovaciones con el resto de futbolistas que como Paco terminan su vinculación el 30 de junio de 2016. Entre ellos se cuela en la agenda José Luis Gayà, que acaba en 2018 pero el Valencia tiene intención de blindarlo cuanto antes después de su explosión de esta temporada con solo 19 años.

El club tiene en marcha la ampliación de Alcácer y ha iniciado conversaciones con Antonio Barragán, un caso extraordinario porque su vinculación termina el 30 de junio de 2015 y a partir del día 1 de enero será agente libre coincidiendo además con su mejor momento deportivo desde que llegó. Además de Barragán, entre los jugadores propiedad del Valencia CF solo acaba contrato Joao Pereira en la plantilla actual, al que evidentemente no le van a ofrecer renovar porque no entra en los planes del entrenador.

El trabajo, pues, se centrará a partir de ahora en el grueso de futbolistas que terminan en junio de 2016, prácticamente todos con contratos todavía heredados de gestiones anteriores. No es un demérito, porque se trata de los jugadores que pasaron primero el corte de enero y después el del verano, lo que quiere decir que han sobrevivido a la LIMpieza y en principio cuentan en los planes de futuro del club. En este paquete los nombres que están marcados en rojo en la agenda son los de Feghouli, Parejo y Carles Gil, además del joven Robert Ibáñez. Son, por decirlo de alguna manera, las ´patatas calientes´ que tienen sobre la mesa Salvo y Rufete, pero de entrada la intención del club es renovar a los cuatro. El argelino ya expresaba hace algunas semanas en una entrevista a SUPER que su deseo es renovar, aunque no será una operación fácil porque actualmente tiene un contrato alto. La dificultad de renovar a Parejo estará en función de las ofertas que pueda tener un jugador que ha crecido mucho desde que llegó, mientras que el caso de Carles estaría más en función del protagonismo en el equipo que pueda tener en los próximos meses. Renovar, en cualquier caso, no quita que alguno pueda acabar saliendo después.Terminan también dentro de año y medio Piatti y Javi Fuego, que a día de hoy están en una segunda escala de prioridad. También el tercer portero, Jaume Doménech.

Bien atados

Tienen contrato hasta 2019 Diego Alves y los jugadores que han llegado este verano, Otamendi, Mustafi, Orban, De Paul y Negredo, además todos con cláusulas suficientemente altas. En el caso del delantero, entrará en vigor cuando acabe su cesión a final de la presente temporada. En su momento se estipuló una opción de compra obligatoria y hay un contrato por cuatro años más uno opcional. En una situación parecida están Rodrigo y André Gomes, adquiridos en su día por Peter Lim a través de un fondo de inversión y con compromisos por al menos cuatro temporadas más, aunque ahora mismo cedidos por el Benfica. Rubén Vezo también está atado aunque acabaría un año antes, en 2018. Lo mismo que el meta Yoel, cedido por el Celta pero con un compromiso por las próximas tres temporadas.

Lo último que resta por resolver es el futuro de los otros jugadores que están cedidos, Cancelo, Filipe Augusto y Zuculini. En principio no hay compromiso de compra firme por nincuno de ellos.