La palabra es revolución. Pero como acción y resultado de la planificación. El momento actual del Valencia tiene como origen el cambio emprendido por Rufete en el mercado de invierno de la temporada pasada. La organización dio un giro radical desde que el actual mánager general deportivo tomó el control. En un año, su equipo de trabajo ha completado cerca de 50 operaciones: la apuesta por Juan Antonio Pizzi, 32 bajas, 14 fichajes, la llegada de Nuno Espírito Santo, el trabajo mano a mano con Peter Lim con el colofón de la llegada a finales de año de Enzo Pérez. Un movimiento sísmico en la plantilla que admite pocos precedentes. Se abrió camino a nuevos líderes, se cortó el paso a las malas influencias y se apostó por un perfil claro: hambre de fútbol, compromiso con el club e identificación con el proyecto.

Rufete, Ayala y Joan Salvans son la imagen de un grupo de trabajo cuya misión es controlar el mercado, realizar mejores informes y llegar antes que el resto. Desde que tomó tierra en Paterna como responsable de La Academia, Rufete siempre ha hecho énfasis en detectar el talento. Un terreno que se ha potenciado y se ha fertilizado con diligencia desde su llegada; insistiendo en todo lo bueno que ya se estaba realizando con José Jiménez, jefe de captación. El Valencia CF pelea ahora en el mismo territorio que clubes especializados en encontrar jóvenes talentos alrededor del mundo como Udinese, Chelsea o Arsenal. Con el fichaje de Rodrigo de Paul quedó claro. Udinese estuvo cerca de cerrar la operación, pero Ayala entró en acción para convencer al jugador y cambiar el destino de su vuelo en dirección a Europa. El Ratón es quien se encarga de hacer el marcaje final a los futbolistas, una estrategia que ha funcionado con jugadores como Otamendi, Mustafi o Enzo Pérez.

Una mezcla poderosa

Ayala se incorporó a la secretaría técnica a finales del mes de diciembre y fue determinante en el fichaje de Juan Antonio Pizzi; entrenador más cotizado de su país después de proclamarse campeón con San Lorenzo. En enero de 2013, Rufete y su equipo empezaron a tomar decisiones determinantes. En un mes sin freno, traspasaron a Canales y buscaron acomodo a Postiga, Pabón, Banega o Guardado. Llegó Vezo, al que se siguió todo el otoño. Se apostó por Vinícius, prometedor delantero del Cruzeiro y figura en el Torneo de Toulon. Se apuntaló la zaga y el ataque con Senderos y Vargas. Rescataron de China un líder contrastado como Seydou Keita. Y cerraron el fichaje de Nico Otamendi, la primera piedra del proyecto 2014/15. Aprovechando su situación en el Oporto „había perdido confianza y estaba atascado„ consiguieron fichar a un defensa de 30 millones de euros por la mitad.

El eterno proceso de venta del club ha propiciado que futbolistas que estaban atados como Luciano Vietto o Cheikhou Kouyaté „por poner dos ejemplos„ se hayan escapado, si bien, el trabajo de los técnicos ha sido notable. Rufete y Ayala han tenido que trabajar entradas y salidas en un escenario complicado y complejo. La ayuda de Peter Lim ha sido también determinante para contratar futbolistas como André, Rodrigo, Cancelo o Negredo, apuesta de máximo consenso. Como lo es también Enzo. Lim manda (como en todos los clubes), pero siempre se busca máximo consenso. En ese sentido, los técnicos siempre trabajan con todo tipo de alternativas, bajo los parámetros de una hoja de ruta bien perfilada. En verano se apostó por reinvertir los traspasos de Bernat y Mathieu en Orban y Mustafi, al que se comenzó antes de su convocatoria para el Mundial. El Valencia controla Bélgica, Italia, Argentina, Brasil, el Anderlecht, la Sampdoria o el Atlético Mineiro. Ahora se viaja hasta Chile para hacer informes de un central de 17 años, como Vegas, o no se pierde detalle de un Villarreal-Borussia M´Gladbach. Ya hay una base.

El Valencia ha potenciado una herramienta imprescindible con trabajo, conocimientos y buen ojo. Sus ´armas´ son muy diferentes a las de hace un año, incluso a la de hace solo unos meses. Ahora, el cuerpo técnico acudirá a pelear en el mercado con cartera, agenda y la tranquilidad que transmite tener buenos futbolistas en cantera. El fichaje de Enzo Pérez es el mejor ejemplo; es un futbolista de consenso entre Nuno, Rufete y Peter Lim, que será el encargado de sufragar un fichaje de ´equipo Champions´.